martes, 15 de octubre de 2013

Licor de andrinas

No sé si me lo creeréis, pero llevo pensando en colgar esta receta en el blog desde el año pasado. Justo ahora es el momento, por lo menos por la zona donde yo vivo, en el que las andrinas se pueden recoger. Las andrinas  o endrinas son los frutos con los que se elabora el pacharán, por eso también se les llama pacharanes. Son como una especie de ciruelas, pero muchíiisimo más pequeñas, y las hay, por así decir, de dos tipos, las normales, y las andrinas reales. Las normales son las más pequeñas, y  son ásperas y muy ácidas al paladar, ¡yo no puedo con ellas!, pero mi madre se las come como si tal cosa. Las andrinas reales, en cambio, son de mayor tamaño, es como cuando de pequeños comparábamos las canicas con los caniquines, más o menos son esos los tamaños que tienen. Además las reales, cuando están maduras, son más dulces, y su sabor es muy parecido al de sus primas, las ciruelas.

andrinas

Este receta que os traigo hoy la podéis hacer con cualquiera de las dos variedades, e incluso con cualquier otro fruto, como moras, arándanos...

El licor de andrinas que más suele hacer todo el mundo es un pacharán casero, mezclando las andrinas con anís o anisete, y al que a veces también se añade un palo de canela y unos granos de café.

Sin embargo esta receta es distinta, y al igual que la mermelada de la semana pasada, casualmente es una receta familiar. Fue un tío mío el que me enseño a hacerla "cuando yo era joven" ;)

andrinas

Este licor es una pasada lo riquísimo que está. Primero hay que hacer un jarabe con andrinas y azúcar y dejar que éste fermente durante varios días, y a partir de ese jarabe elaboramos el licor.

preparando licor de andrinas
preparando licor de andrinas
preparando licor de andrinas

En esas tardes frías de los sábados y domingos, en otoño o invierno, después de comer, rematamos la sobremesa con un café y con este licorcillo de sabor afrutado, y todo ello en "la obra", al calor de nuestra estufa de leña. Son unos momentos muy agradables.

licor de andrinas

"La obra" es el nombre que le damos en casa al comedor, porque fue una obra que hicimos hace un par de años. Óscar y yo empezamos a llamarla así, después los niños continuaron diciendo eso de "la obra", y ahora ya no somos capaces de cambiarle el nombre, porque cuando decimos "el comedor", sueña tan raro que los niños no saben dónde es, pero si decimos "la obra" no hay ninguna duda, y aunque sea un nombre poco glamuroso, nos entendemos perfectamente. Supongo que en cada familia hay alguna palabra o expresión que en esa familia significa algo pero que para el resto sueña raro ¿no?, en casa de mis padres, por ejemplo, también entre mis hermanos y yo tenemos expresiones que nosotros nos entendemos, pero que hemos tenido que traducir a mis cuñados ¡jajaja!

licor de andrinas

En fin, os dejo aquí la explicación de la receta. No os pongo cantidades porque la suelo hacer a ojímetro, pero creo que viendo las fotos os podéis hacer buena idea, y lo bueno es que un poco más de una cosa o de otra no altera el hecho de que este licor es rico rico.

Ingredientes:

andrinas
azúcar blanquilla
orujo
- en un tarro de cristal grande, más o menos de litro, colocamos una capa de azúcar en la base, después sobre el azúcar dejamos caer unas andrinas, sobre estás andrinas más azúcar y de nuevo andrinas, y así sucesivamente hasta completar el tarro, de modo que el azúcar se vaya repartiendo entre los huecos que quedan entre las andrinas.
- cerramos el tarro, pero sin presionar la tapa, simplemente colocándola por encima, y lo dejamos así hasta que el azúcar se deshace y se forma un jarabe de color rosado, lo cual puede durar desde 15 días a un mes. Una vez que se ha formado el jarabe lo dejamos que fermente lentamente, por eso no conviene cerrar el tarro, pues se desprende dióxido de carbono.
- la fermentación en realidad es pequeña, y podemos dejarlo así bastante tiempo. Yo lo dejé 3 meses desde que preparé el tarro con el azúcar y las andrinas. Pasado ese tiempo filtramos el líquido, y el jarabe que obtenemos lo mezclamos con orujo al gusto: si se quiere un licor un poco fuertecillo, pues se añade en proporción mucho orujo, y si se quiere suavecito menos.
- y una vez hecha la mezcla el licor está listo para tomar, ¡espero que os guste!,

martes, 8 de octubre de 2013

Aprendiendo con la Madre Tierra

Siempre aprendiendo y perfeccionando. ¡Hasta cuando menos te lo esperas puedes aprender!. Eso es lo que me ocurrió a mi el sábado.

Fuimos a pasar el día a Arenillas de San Pelayo, que este año era el lugar en el que se realizaba la Jornada Madre Tierra,
Jornada Madre Tierra

Allí pasamos el día compartiendo, entre otras cosas, comida y conversación con mucha gente, unos conocidos y otros no. Tuvimos la suerte de que el día fuera soleado y pudimos estar todo el tiempo en la calle. Se ve que la Madre Tierra nos quería allí y se portó bien con nosotros.

Había un mercadillo abastecido de productos locales, como los garbanzos, los titos y las magdalenas de Belén, de La Golosa Libélula, que nos trajimos para casa, o los escriños de Acindino


La jornada la organizaba este año Escuelas Campesinas de Palencia, para conmemorar así su trigésimo aniversario. A través de ellos, y de la Universidad Rural de verano que suelen organizar año tras año, he impartido varios de mis talleres, de Restauración de Muebles o de Cereales, entre otros.

Escuelas Campesinas intenta que nuestro medio rural esté más vivo y más activo, tratando de recuperar toda la sabiduría que había en los pueblos en el pasado, e impidiendo que se nos olvide, pero además ayudando a las personas mayores que viven aquí para que no se encuentren aisladas, y buscando soluciones para los problemas que tenemos quienes vivimos en los pueblos.

Y yo, un día más, y sin sospecharlo, aprendí algo nuevo. Me lo enseñó una tejedora de las que ya no quedan, Andrea Milde, tejedora de unos increibles tapices pictóricos. Andrea y su marido son los artífices del Kuku Projekt, en Aguilar de Campoo, una iniciativa cultural y artística que poco a poco va dejando su huella en la zona y que el sábado tuvimos la suerte de que dejaran en Arenillas parte de esa huella.

Llevo haciendo punto desde que tenía 13 años, y siempre lo he hecho como lo hacemos en España, sosteniendo el hilo con la mano derecha (estilo inglés). Pues bien, el sábado aprendí, de la mano de Andrea, a hacerlo mediante el estilo continental, que consiste en sujetar el hilo con la mano izquierda, con lo que no es necesario montar la hebra cada vez por encima de la aguja, sino que es la propia aguja la que recoge esa hebra, y eso hace que la labor sea más rápida.

Tejiendo
Tejido elástico

Y después de pasar un día estupendo en un ambiente tan agradable, la jornada la remató el grupo Vihuela Folk, de Saldaña, alegrándonos a todos con un concierto:

Grupo Vihuela Folk

Gracias a iniciativas como las de Escuelas Campesinas estamos un poco menos aislados y disponemos de interesantes jornadas y actividades culturales en los pueblos. Esperamos ansiosos volver a reencontrarnos de nuevo en Arenillas de San Pelayo para seguir compartiendo...y aprendiendo.

lunes, 7 de octubre de 2013

Mermelada de saúco con manzana y cardamomo

Aunque no os lo creáis esta receta la quería haber publicado hace una semana, pero finalmente, no se me logró. Sin embargo os aseguro que la espera habrá merecido la pena porque es una de las mermeladas más finas que podéis degustar, y además está hecha con productos de plena temporada, ¡como a mi me gusta!

Saúco

La receta de esta mermelada es de mi tía Carmen, en realidad tía-abuela, porque era tía de mi madre. Para mi fue lo más parecido a una abuela que he tenido. Era una mujer cariñosa, de esas que no paraba de agasajarte y darte regalos cuando llegabas a su casa. Siempre deseando que la familia estuviera allí para disfrutar con ella en cada momento. 

Mermelada de manzana y saúco

Recuerdo cómo el día que me dio esta receta, me contó una anécdota sobre mi abuela. Era de cuando ambas vivían aún en casa de su madre. Su padre había muerto dejando a mi bisabuela viuda con 5 hijos, y en una época en la que la pensión de viudedad no existía. Así que sobrevivían como podían con su huerta, sus frutales, unas gallinucas, y mucho trabajo y sacrificio.

Resulta que una de las gallinas se hizo un corte con un alambre en el pescuezo, y se quedó casi más para allá que para acá. Así que mi abuela, ni corta ni perezosa, enhebró una aguja y le cosió el pescuezo a la gallina, que consiguió así salir adelante.

Y es que en aquella época no había una crisis como la de ahora, sino aún peor, y perder una gallina era perder un tesoro que no se podían permitir.

Mermelada de manzana y saúco

Mi madre, al igual que mi tía, siempre nos ha contado a mis hermanos y a mi numerosas historias de su niñez, de cuando iba a la escuela, de la vida en su pueblo, o batallitas de su abuela. Yo no las viví, pero de alguna manera a través de esos relatos parece casi que he conocido a mi abuela, y a mi bisabuela. Me gusta saber cómo vivían en aquella época, me ayuda a valorar lo que hemos avanzado, lo que tenemos hoy en día, pero también a reconocer que en determinados aspectos hemos perdido, hemos retrocedido y desaprendido conocimientos importantes. Y creo que para valorar cierto tipo de cosas sólo se puede hacer si conocemos como funcionamos en el presente y cómo eran las cosas en el pasado.

Mermelada de manzana y saúco

No se si tenéis anécdotas familiares similares a la mía, ni si pensáis cómo yo, que hay que conocer lo que ocurrió en el pasado, sin aferrarnos a él, para intentar valorar y mejorar el presente, pero no voy a aburriros más con mis disquisiciones filosóficas, que se ve que hoy tengo un día un poco raro, así que aquí os dejo con esta mermelada, que es de mis favoritas, y que espero que a vosotros os guste también.

Ingredientes:

1 kg de bayas de saúco
1 kg de manzanas (vale cualquier tipo)
zumo de un limón
200 g de azúcar
6 u 8 semillas de cardamomo

- por un lado cocemos el saúco con el cardamomo y por otro lado la manzana con el zumo de limón. Cuando estén cocidos pasamos ambos, el saúco y la manzana por el pasapurés, y los mezclamos.
- una vez mezclados añadimos el azúcar. Yo añadí sólo 200 g, pero como siempre, si os gusta más dulce podéis añadir algo más, y si no os gusta con tanto azúcar, pues menos

Mermelada de manzana y saúco

Datos y sugerencias:

- la idea del cardamomo es mía, no de mi tía, pero os aseguro que le da un toque increíble
- para separar las bayas de saúco de la umbela se hace muy bien con un tenedor
- se pueden secar las bayas de saúco y usarlas como si fueran uvas pasas
- cuando paséis el saúco por el pasapurés poneos guantes, si no lo hacéis se os quedarán los dedos renegridos, estas bayas tienen un color mucho más intenso que las moras: tanto las bayas como las raices proporcionan un fuerte colorante
- son laxantes, por lo que no conviene abusar de ellas en crudo 
- las bayas se pueden añadir a los pasteles igual que si fueran pasas
- antiguamente se creía que cuando el saúco crecía, la casa y las posesiones estaban bien protegidas, se le consideraba como residencia de los espíritus protectores de la casa
- al saúco también se le llamó "la farmacia del campo", pues tanto sus flores como sus frutos sirven para aliviar diversas dolencias: la infusión de flores de saúco es beneficiosa para la amigdalitis, las inhalaciones de flores de saúco alivian los catarros, y si la infusión se hace con leche en vez de agua es buena para la tos. Para el estreñimiento no hay que tomar más de 4 cucharadas colmadas de bayas, que pueden ser frescas o secas. Además la infusión de flores de saúco estimula el metabolismo y es buena para las personas reumáticas.
- por supuesto, ese color tan intenso de estas bayas nos está diciendo que tienen gran cantidad de antioxidantes, y además son ricas en fructosa, taninos, vitamina C y potasio.
- estos datos sobre el saúco son del libro "Hogar sin Química", que es un monográfico publicado por Integral. El que yo tengo es del año 1994, y no sé si aún se puede encontrar, pero os lo recomiendo, porque tiene multitud de recetas y remedios de todo tipo empleando sólo sustancias naturales.
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