viernes, 30 de diciembre de 2011

Bolsitas perfumadas de corazón

Bolsitas perfumadas

¡Navidad, dulce Navidad!...
... Navidad, esa época idílica del año en la que, supuestamente, afloran los buenos sentimientos de las personas.

Aunque en realidad los buenos sentimientos deberían aflorar tanto en Navidad, como el resto del año.

Y eso es lo que me gusta a mi, tener buenos sentimientos hacia todas las personas y compartir mi corazón. En este caso... mis corazones de olor: flores de lavanda y cáscaras secas de naranja y mandarina, encerradas en unos corazones de lino sobre los que he aplicado una flor de ganchillo muy sencillita de hacer. 

Bolsitas perfumadas

Con estos corazones dentro de nuestros cajones y armarios, tendremos nuestra ropa perfumada de manera natural, y además ahuyentaremos a las polillas. Y encima son superbonitos, ¿verdad?, ¿qué más podemos pedir?
¡Manos a la obra!

Materiales:

Hilo BABYLO del nº 20 de DMC en diferentes colores
Ganchillo del nº 10 (o el que mejor te vaya según cómo tejas)
Tela de lino

Flores de lavanda y pieles secas de cítricos hechas trocitos pequeños (la piel sin pulpa se puede secar sobre un radiador o cerca de una estufa)
El esquema de ganchillo y el patrón del corazón están en este album.

Bolsitas perfumadas

viernes, 23 de diciembre de 2011

Panettone y ¡Felices Pascuas!

Desde primeros de diciembre llevamos oliendo la Navidad. Las luces de las calles, los adornos, que desempolvamos un año más para adornar nuestros hogares, los niños, nerviosos deseando que lleguen las vacaciones, Papá Noel y los Reyes Magos. Mis hijos concretamente, que aún son muy pequeños, de 5 y 3 años, se pasan el día con revistas de propaganda de juguetes escogiendo lo que van a pedir, ¡que es todo!. Lo marcan todo con cruces, porque no saben leer, y tampoco tienen todavía muy claro el concepto de pedir, y por eso mismo lo piden todo. Creo que en realidad lo que quieren decir es simplemente que les gusta ese juguete en el que ponen la cruz.

Yo por mi parte me ilusiono con la Navidad por ver a los niños tan alegres, pero también por las reuniones familiares, en las que disfrutamos niños y grandes. Tanto la familia de mi marido como la mía son familias numerosas. Los dos tenemos 5 hermanos, y es en estas fechas tan especiales cuando las probabilidades de vernos los 6 hermanos son mayores. Y en especial si viven los abuelos, como pasa en este caso, pues, sobre todo las abuelas, son como las gallinucas que juntan a todos sus polluelos. Así que disfrutaremos de vernos los 6 hermanos, con nuestros padres, y seguiremos siendo "sus niños y sus niñas", aunque ahora tengamos también nosotros nuestros niños y una pareja, que se unirán al regocijo común y a la locura general que reinará en la casa de nuestra niñez, y que por algunos instantes nos transportará de nuevo, años atrás, hacia aquella época pasada.

Y para aderezar estas reuniones familiares nada como la comida y los dulces caseros. En este caso un panettone. He seguido la receta de Peter Reinhart, de su libro "El aprendiz de panadero", que es más o menos la que sigue:

Panettone

Ingredientes:

Esponja
200 g de masa madre 
240 ml de leche a unos 32-38ºC
130 g de harina de fuerza

Mezcla de frutas
170 g de pasas de Corinto
170 g de cáscara de naranja confitada
120 ml de ron u otro licor
1 tablespoon (15 ml) de agua de azahar

Masa
380 g harina de fuerza
40 g de azúcar
5 g de sal (1 teaspoon)
1 sobre de levadura seca de panadería (maicena u otra marca) ó 15 g de levadura prensada
1 huevo grande ligeramente batido y una yema de otro
agua templada a 32-38ºC, la que pida la masa, unos 60 ml
115 g de mantequilla a punto pomada
140 g de almendras laminadas o troceadas

Preparación:

Esponja
El día antes se mezclan la masa madre, la leche y la harina en un cuenco. Se tapa con film de cocina y se deja fermentar a temperatura ambiente unas 4 horas o hasta que empiece a haber burbujas. Después se mete al frigorífico toda la noche.

Frutas
También el día anterior ponemos a macerar las pasas con el ron y con el agua de azahar y lo dejamos toda la noche.
Para la naranja confitada lavamos y pelamos 2 ó 3 naranjas, según su tamaño, dejando la cáscara con lo blanco, y hacemos trocitos pequeños. En un cazo echamos los trocitos de naranja y añadimos azúcar, unas 10 ó 15 cucharadas soperas, y agua suficiente para cubrir las peladuras, y lo ponemos a calentar. Cuando el agua empiece a hervir bajamos el fuego para que las pieles se cuezan lentamente, añadiendo más agua si vemos que se ha evaporado en exceso. Cuando lo blanco se vuelve medio naranja y algo transparente están hechas, aunque el mejor modo de comprobarlo es probándolas.

Masa
Al día siguiente sacamos la esponja del frigorífico y la dejamos una hora al menos para que coja la temperatura ambiente.

Mezclamos la harina, el azúcar, la sal y la levadura. Añadimos la esponja, el huevo, la yema y el agua y mezclamos. Dejamos reposar la masa durante media hora tapándola con un paño húmedo para que empiece a desarrollarse el gluten.

Tras el reposo añadimos la mantequilla y amasamos hasta que quede suave pero no pegajosa, para ello podemos espolvorear muy pequeñas cantidades de harina o mejor aún, untarnos las manos y la superficie de trabajo con aceite para que no se nos pegue a las manos. Si supera la prueba de la membrana el gluten se habrá formado correctamente y dejaremos de amasar; para comprobarlo tomamos un trocito de masa y lo estiramos entre los dedos: debe formarse una membrana transparente y fina como el papel, que no se rompe fácilmente, en caso contrario seguiremos amasando. Cuando hayamos conseguido la masa, añadimos las pasas, la naranja y poco a poco las almendras, mezclando hasta que se repartan homogéneamente. A continuación dejamos la masa fermentando unas dos horas en un recipiente engrasado y tapándola con film.

Una vez que la masa ha fermentado, la dividimos en dos porciones y les damos forma de bola. Las introducimos en los moldes hasta la mitad, y de nuevo dejamos que fermenten durante unas 4 horas o hasta que dupliquen su volumen, lo cual dependerá también de la temperatura que haya en el lugar en que se produce la fermentación.

Cuando haya aumentado de volumen se introducen en el horno, precalentado a 165ºC, durante aproximadamente 1 hora. Si la parte superior se cuece demasiado podemos cubrirla con papel de aluminio. Por último, se saca del horno, se coloca sobre una rejilla hasta que se enfríe, y aún en caliente se baña por encima con una cucharada de azúcar disuelta en una de agua  para darle brillo a la corteza.

Parece muy complicado, pero en relidad no lo es, y para mi merece la pena.

Panettone

Si no tenéis moldes de pannettone podéis improvisar con cualquier otro molde. Yo usé una fiambrera de acero: para la base recorté un círculo de papel de horno, y después coloqué un rectángulo de papel en el interior y pegado a la pared del molde, dándole forma de cilindro y de la altura del panettone. Para que el papel no se abriera lateralmente lo corté de mayor perímetro que el molde de acero, de modo que el papel diera prácticamente dos vueltas. Lo dífícil fue introducir la masa dentro, pero con mucho cuidado se consigue.

Peter Reinhart para dar aroma al panettone macera las pasas con extracto de vainilla o Fiori di Sicilia, que es una mezcla de extractos y aceites florales, yo he usado lo más parecido que tenía a mi alcance, que era agua de azahar, pues según parece en su composición hay agua de la "flor del naranjo". Tenéis más información en The fresh loaf.

Espero que os animéis a disfrutar de este dulce navideño, que ahora es ya casi tan nuestro como los mazapanes, los polvorones o el turrón. 

Y por supuesto, con o sin panettone os deseo lo mejor en estos días tan especiales, ¡Felices Pascuas! ♥♥

Panettone

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Pan de cerveza negra y avena

Ya va a hacer casi un año desde que mi hermana me regalo el libro "Pan" de Xabier Barriga. Tengo dos hermanas y siempre aciertan con los regalos que me hacen. En cambio tengo también tres hermanos, y según ellos es muy difícil regalarme cosas. ¡No estoy de acuerdo con eso para nada!. La verdad es que a mi cualquier libro que me regalen siempre me gusta, por poner un ejemplo. Y los temas de los libros pueden ser variados: nutrición, crianza natural, decoración, cualquier tema relacionado con labores, restauración de muebles, flores, o simplemente una novela. Incluso unas madejas de lana o una pieza de tela me emocionan, siempre eso sí, que sean lana de verdad, y no madejas de 100% poliester.
Y volviendo al libro del pan, no será el mejor libro del mundo, pero tiene recetas que para mi resultan suficientemente atractivas, como este pan de cerveza negra y avena. En cuanto lo vi supe que tenía que hacerlo, y cada vez que lo hago creo que me gusta más que la anterior. La cerveza negra le aporta un gusto especial, imagino que por la malta, así como un color tostadillo, que nos hace pensar que es un pan integral, cuando en realidad no lo es, ¿o sí?

Pues en parte sí lo es, porque lleva copos de avena enteros, aunque no es lo que la mayoría de nosotros entiende por un pan integral: hecho con harina integral, o con harina refinada mezclada con cierta cantidad de harina integral. Lo que me sorprende de este pan es cómo se mezcla la avena en la masa, hasta el punto de que una vez cocido, la miga no nos deja ver ni un sólo copo. Todos los copos se disuelven y se funden en la masa como si se tratase de una finísima harina.

Pan de cerveza negra y avena

La receta de este pan es la que sigue:

Ingredientes:
500 g de harina de fuerza
10 g de sal
350 ml de cerveza negra
125 g de copos de avena
150 g de masa madre natural
5 g de levadura fresca

Baño de cerveza:

100 g harina integral de centeno
150 ml de cerveza negra (yo en realidad echo como unos 100 ml)
5 g de levadura
Un pellizco de sal

Mezclamos la harina, la sal y los copos de avena. Añadimos la masa madre, previamente activada y la levadura desleída en un poco de cerveza, cuidando de que no entren en contacto directo con la sal. Mezclamos todo bien, añadimos poco a poco el resto de cerveza y amasamos.

Dejamos reposar la masa tapada con un paño húmedo durante 60 minutos. Pasado este tiempo la volcamos sobre la superficie de trabajo y realizamos un pliegue para que adquiera más consistencia. Para ello la aplanamos dándole forma rectangular, dividimos mentalmente ese rectángulo en tres, y plegamos los de los extremos sobre el del centro. Y de nuevo dejamos reposar la masa 45 minutos más.

Una vez finalizado el tiempo de reposo damos forma al pan y lo colocamos sobre una bandeja de horno sobre la que habremos colocado una lámina de papel antiadherente.

Preparamos el baño de cerveza, mezclando la cerveza con la levadura y añadiéndole después la harina de centeno y un poco de sal. Con este baño recubrimos por encima el pan ayudados de un cuchillo, como cuando untamos mantequilla, y lo dejamos fermentando durante dos horas, o hasta que doble su volumen, tapándolo de nuevo con un paño húmedo.

Una vez que el pan ha fermentado lo espolvoreamos con harina por encima, ayudándonos de un colador fino, y lo metemos al horno, precalentado a unos 250ºC, y en el que además habremos introducido un cacharro con agua para generar vapor. A los 5 minutos de meter el pan rebajamos la temperatura a unos 185ºC. El tiempo total de horneado será de 50 minutos aproximadamente.

Cuando esté cocido lo sacamos del horno y lo dejamos enfríar sobre una rejilla.

Pan de cerveza negra y avena

Si no tenéis masa madre podéis prescindir de ella; o también podéis hacer este pan sin levadura, pero entonces deberéis echar al menos 250-300 g de masa madre.
No me podéis decir que no apetece darle un buen mordisco ¿verdad?. Si os animáis a prepararlo para alguna de las comidas o cenas de estas fiestas vais a dejar sorprendidos a todos vuestros invitados, ¡no lo dudeis!

Algunos datos nutricionales:

Este pan es nutricionalmente muy interesante por varias razones:
1º) presencia de masa madre, con las características que ésta le confiere
2º) por la cerveza negra, que le da, cómo os he dicho, un color y un sabor especiales
3º) por la avena en copos y el centeno integral que nos aportan fibra, la cual ayuda a disminuir los niveles de glucosa y de colesterol en la sangre. Además, como sabemos, se recomienda ingerir al día una cantidad de fibra de 20 a 35 g, soluble e insoluble a partes iguales.
4º) la avena es muy rica en vitaminas y sales minerales, y es además el cereal con mayor porcentaje en proteína (aunque no es completa, pues carece de los aminoácidos lisina y treonina).
Además del salvado, con un suave efecto laxante posee otro tipo de fibra, los mucílagos, que lubrifican y suavizan el tracto digestivo. 
Es muy digestiva y adecuada para personas que realizan grandes esfuerzos físicos. 
5º) el centeno también es rico en vitaminas y minerales. Se recomienda en personas con deficiencias cardíacas y circulatorias. Previene el estreñimiento
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