lunes, 27 de febrero de 2012

Mini cupcakes de almendra y chocolate

¿Os habéis fijado alguna vez que los niños rechazan casi siempre por sistema cualquier alimento nuevo que se les ofrece? y ¡qué rabia da eso!, sobre todo cuando te has pasado toda la mañana cocinando algo especial. Tu con todo el esmero y de repente:  "no me gusta"; ¿pero cómo que no te gusta si no lo has probado?; sí,  pero no me gusta. ¡Puf!, es agotador. Y el caso es que esto, que tanto nos desespera algunas veces, se supone que es lo que debe ocurrir normalmente por cuestiones de evolución.

Mini cupcakes de almendra y chocolate

¿Qué? ¿Cómo que por cuestiones de evolución?. Me imagino que estaréis alucinando un poco con lo que acabáis de leer, pero así es. Los niños pequeños son neofóbicos, esto es, evitan los alimentos nuevos, y sólo toman los que ya conocen, y la explicación de porqué sucede esto se encuentra en el genoma humano. Es un mecanismo de defensa natural, que se ha ido desarrollando durante miles de años de evolución, con el objeto de que las crías humanas no sufran intoxicaciones ni envenenamientos. Si los niños no se sienten atraídos por alimentos nuevos, no intentarán comerse una baya o una hierba que les puede perjudicar. Así que lo que tanto nos desespera no es ni más ni menos que un "truco" del que se sirve la sabia naturaleza para proteger y perpetuar la especie. Se supone que para que un niño acepte una comida nueva hay que habérsela ofrecido antes unas 10 veces a lo largo de varios meses, ¡qué paciencia!.

Pero esto tiene algunos fallos. Por ejemplo: si hago unas berenjenas rellenas o cualquier cosa parecida, mi hijo Alonso me dirá que no le gustan. Peeero, si le doy una chuche de color rojo fosforito y con forma, digamos, de sapo, seguro que se lanza a por ella de cabeza. Os aseguro que por muy desconocido que sea para él ese sapo se lo va a querer comer. ¿Os habíais dado cuenta antes de esto?. No sé si es que la naturaleza y los genomas están cambiando o qué, pero esto es un hecho fehaciente: "los niños rechazan comidas nuevas, pero no rechazan guarrerías nuevas".

Mini cupcakes de almendra y chocolate

 Y lo que seguro que no van a rechazar son estos cupcakes. Por que aunque no se los coman enteros, lo que seguro que no van a poder evitar es chupar la cobertura de chocolate, tal y como hizo mi hijo Nuño. Y es que el chocolate es irresistible para casi todos, ¡está tan rico!

Aquí os dejo esta receta para que la hagáis. Ya veréis lo sencilla y lo rica que es. Y no dejéis de contarme lo que hacen vuestros hijos con las comidas.

Ingredientes:

 200 g de harina de almendra
75 g de azúcar
4 claras de huevo
100 g de chocolate negro (70 % mínimo de cacao)
1 yogur natural

- Mezclamos la harina de almendra con el azúcar. 
- Montamos las claras a punto de nieve y las añadimos a la harina con movimientos envolventes.
- Rellenamos las cápsulas dejando como un dedo o así sin llenar y las introducimos al horno a unos 180º C durante unos 25 minutos (Ya sabéis que eso en parte depende de cada horno)
- Cuando se hayan cocido y enfriado, adornaremos estos cupcakes con una crema de chocolate que habremos preparado deshaciendo el chocolate al baño maría y mezclándolo posteriormente con el yogur, y para ello no ayudaremos, como no, de una manga pastelera.

Mini cupcakes de almendra y chocolate

Sugerencias y datos: 

- la harina de almendras la podéis hacer en casa moliendo almendras crudas con un molinillo de café, o con cualquier otro aparato más "sofisticado " que tengáis (thermomix o algo por el estilo).

-Si no sois muy amigos del chocolate negro podéis usar chocolate de cobertura. Pero os comunico que el chocolate negro, que a mi me encanta, es cardioprotector: las personas con tensión alta que toman todos los días y a la misma hora chocolate negro consiguen reducir su tensión. Esto se debe a un tipo de antioxidantes del cacao, los polifenoles. Pero si el chocolate no es negro, no tiene ese efecto. Y además ya sabemos que los antioxidantes, de los cuales el chocolate negro tiene un montón, nos defienden también de los radicales libres.

- la almendra es también cardioprotectora, pues reduce el colesterol malo y eleva el bueno, por ser rica en grasas insaturadas y en ácidos grasos omega 3. También contiene fibra y vitamina E (otro antioxidante) 

- por último decir que estos cupcakes son aptos para celiacos (siempre y cuando el chocolate empleado no lleve trazas de gluten), y que son bastante calóricos, así que mejor no pasarnos con ellos, por eso mejor "mini"

lunes, 20 de febrero de 2012

Orejuelas

Si tuviera que decir una palabra que para mi definiera el carnaval, sin duda diría "orejuelas". Si, ya sé que puede parecer raro y que todo el mundo asocia el carnaval a los disfraces, pero yo no. Para mi el carnaval son las orejuelas, las que hacía mi madre cuando yo era pequeña y las que ahora continuo haciendo yo cada año.

Orejuelas

Y es que lo que vives de pequeño es lo que te marca cuando eres mayor. Cada año yo sabía que era carnaval porque mi madre hacía orejuelas. Entonces no se disfrazaba nadie, o casi nadie, ni daban vacaciones en los colegios. La primera vez que tuve vacaciones de carnaval estaba en 2º de carrera, y entonces todos nos alegramos de los dos días que nos dieron sin clase, pero no porque fuéramos a disfrazarnos, sino porque así podíamos estudiar los exámenes del segundo parcial, que nos coincidieron, como casi siempre, con las prácticas de laboratorio.Y con clases por la mañana y laboratorio por las tardes, ¡a ver quién es el guapo que se pone a estudiar para un examen!

Uno de los mejores recuerdos que tengo es el de mis hermanos y yo correteando por el patio de casa, y metiendo de vez en cuando "la mano pecadora" por la ventana de la cocina, que estaba entreabierta, para coger una orejuela. Mi madre las había colocado en la poyata de la ventana, y así podíamos cogerlas sin estar todo el rato entrando y saliendo de casa. ¡Con cuatro que éramos la hubiéramos vuelto loca, todo el rato entrando y saliendo!

Las orejuelas son un dulce típico palentino. Mi madre, nacida en Villamediana pero criada entre Cervera de Pisuerga y Barruelo de Santullán, las hacía siempre el sábado anterior al carnaval, con la ayuda de mi padre. Después a mi padre le relevamos una de mis hermanas y yo. Todavía recuerdo esos sábados, haciendo las orejuelas entre las tres, y escuchando "Radio 80 Serie Oro", ¿os acordáis de esa emisora?. A veces nos daban más de las 2 de la mañana pero no nos importaba lo más mínimo.

Estas orejuelas que yo hago son las mismas que hacía mi madre, que aprendió a hacerlas de la suya, y son también las que hacía mi bisabuela, pues mi abuela aprendió a hacerlas también de su madre. Distintas personas, pero el sabor de las orejuelas no cambia, porque la receta no ha variado. Estas orejuelas tienen abolengo, y no es por nada, pero están exquisitas. No es porque las haga yo, pero os aseguro que a mi son las que más me gustan de todas las que he probado. Y si os decidís a hacerlas veréis que tengo razón. ¡Ya me contaréis!

Orejuelas

Ingredientes:

6 huevos
1 vaso de orujo blanco (250 ml)
2 tablespoon (cucharadas = 15 ml) de azúcar
2 sobres de levadura química (Royal)
1 teaspoon (cucharadita = 5ml) de canela
aproximadamente un kilo de harina de repostería
aceite de oliva virgen extra
azúcar para espolvorear
un trozo de cáscara de limón limpia

Mezclo y bato los huevos con el azúcar. Sobre esto añado el orujo y seguidamente añado la harina mezclada con la canela y con la levadura, previamente tamizadas. Amaso todo bien hasta que me quede una masa fina. Tapo esa masa y la dejo reposar durante una media hora como mínimo.

Una vez pasado el tiempo de reposo cojo una pequeña porción de masa y la estiro con el rodillo. Se trata de hacer rectángulos, o "lo que salga", muy finos, de unos 1 mm de espesor. Para ello estiramos la masa y la recortamos, esos recortes volvemos a estirarlos y volvemos a recortar, y así hasta que la masa tiene el espesor deseado. Para que la masa no se pegue espolvorearemos un poco de harina sobre la mesa de trabajo y sobre el rodillo, y repetiremos esta operación las veces que sea necesario.

Vamos colocando las orejuelas sobre una mesa, y cuando ya hemos estirado toda la masa calentamos abundante aceite en una sartén para freírlas. Sobre este aceite añadimos la cáscara de limón para aromatizarlo, y cuando esté caliente freímos las orejuelas. Cuando estén fritas se sacan de la sartén, se las deja escurrir el exceso de aceite que pudieran tener, se espolvorean con azúcar y ¡a comer!.

Orejuelas

Sugerencias:

- para freír usad SÓLO aceite de oliva y mejor aún si es virgen extra. Es el único aceite apto para freír, porque es el único que soporta las elevadas temperaturas de este proceso. El resto de aceites se descomponen originando productos cancerígenos. No uséis aceite de girasol, aunque su uso para freír está muy extendido no es nada saludable.

Hay personas que dicen que el aceite de oliva les resulta muy fuerte. Si probaran un aceite de girasol "virgen extra" también les resultaría fuerte. No os dejéis engañar. El problema es que lo que habitualmente consumimos no es un producto puro, sino manipulado y extraído a base de disolventes químicos. Eso hace que nuestro paladar se haya acostumbrado a los sabores de productos sin calidad, mientras que los productos de calidad les resulta desagradables. Pues debemos re-educar al paladar, para que lo bueno nos guste más que lo malo y ganar en salud.

Además comercializan ahora un aceite de girasol "apto para freír", porque lleva no sé qué aditivo. De esto yo  extraigo dos conclusiones: 1ª, que si con ese aditivo el aceite es apto para freír, antes han estado vendiendo un aceite que no era apto y no han advertido de  ello; y 2º, que si han añadido un aditivo, eso es algo artificial, manipulado, de laboratorio, y yo no quiero comer productos de laboratorio, sino comida natural y de verdad, y quiero ser yo, en la medida de lo posible, la única que la manipule.

- TRUCO: para sacar las orejuelas de la sartén yo lo hago con una aguja de hacer punto. Pincho con ella una orejuela, y la sostengo sobre la sartén escurriendo el aceite. Cuando ya no gotea la coloco en una fuente y la espolvoreo de azúcar.

- usad harina floja (de repostería), pues con harina fuerte la masa coje cuerpo, y al estirar las orejuelas se encojen, por lo que hay que volver a estirarlas, y da más trabajo.

- aunque están buenísimas hay que contenerse un poco a la hora de comerlas, pues como todos los fritos, tienen muuuchas calorías

sábado, 4 de febrero de 2012

Mini magdalenas de arándanos

Otra semana que se nos escapa, y con ella un nuevo mes abriéndose paso. Acabamos de empezar este nuevo año y sin embargo el mes de enero ya se nos ha ido de las manos casi sin darnos cuenta. Dentro de nada estamos en carnaval, y eso quiere decir que el año avanza y que corre sin que podamos hacer nada por evitarlo.

Se nos fueron diciembre y enero sin ver la nieve, cosa rara por estos lares, y sin embargo febrero ha entrado con unas heladas y un frío siberiano que nos está dejando tiesos. ¡Si al menos nevara la temperatura suavizaría algo!

Esta noche tuvimos casi -10ºC, espero que no lleguemos a los 18 bajo cero que tuvimos hace dos años. Y es que el olivo que tenemos en el jardín sufrió de lo suyo aquel invierno. Perdió todas las hojas, y le costó tanto recuperarse que hasta este verano no ha vuelto a echar todas las hojas nuevas. En plena provincia de Palencia no es muy normal ver olivos, pero este, que aún es pequeño, se había aclimatado bastante bien, y ya daba una cosechilla de unos 20 kg de pequeñas aceitunas. El año pasado no hubo cosecha, ¡pobre árbol!, y este año apenas se han dejado ver una docena de olivas. 
¡A ver si este frío no nos dura mucho!

Minimagdalenas de arándanos

Y para pasar estos días un poco más calentitos, unas minimagdalenas con un chocolate calentito para merendar no nos van a venir nada mal, ¡calorías para entrar en calor!

Ingredientes:
400 g de harina de repostería (floja)
200 g azúcar
150 g mantequilla a punto de pomada
125 ml de leche
3 huevos (a temperatura ambiente)
un pellizco de sal
8 g de levadura química
150 g de arándanos 
vainilla en polvo o esencia de vainilla

Minimagdalenas de arándanos

Batir el  azúcar con la mantequilla hasta que blanquee. 
Añadir los huevos de uno en uno
Añadir poco a poco la harina, previamente tamizada, mezclada con la levadura, la vainilla y la sal
Verter  la leche y remover para mezclar pero sin excederse (la textura de la masa debe ser algo grumosa)
Por último incorporar los arándanos u otra fruta.
Rellenar moldes con la masa y hornear unos 20 minutos a unos 210ºC (dependiendo de cada horno)

Minimagdalenas de arándanos
Sugerencias y curiosidades:

- en muchas recetas de dulces se añade una pequeña cantidad de sal. La razón es que la sal hace que el sabor dulce resalte aún más. Por eso eso mismo se toma el melón con jamón, o las uvas con queso: sal para apreciar más lo dulce
- se puede usar la misma cantidad de aceite en lugar de mantequilla, aunque con mantequilla están más ricas. Lo que desde luego no recomiendo en absoluto es sustituirla por margarina, pues es la opción menos cardiosaludable posible. Todas las margarinas contienen grasas vegetales o aceites hidrogenados, que son lo peor para el colesterol, al menos yo no he visto aún ninguna margarina que no los contenga.
- no uséis vainillina como sustituto de la vainilla, pues lo que venden como vainillina suele ser de origen sintético (artificial), y si miráis la composición suele poner etil vainilla. Mejor extracto de vainilla o vainilla en polvo, que la suelen vender azucarada, y que son naturales
- los arándanos se pueden añadir frescos o secos, o también podemos sustituirlos por otra fruta 
- al sustituir la mantequilla  por aceite no estamos rebajando las calorías de estas magdalenas, pues todas las grasas aportan la misma cantidad de energía. Para rebajar las calorías que tomamos podemos usar el truco de hacer las magdalenas más pequeñas, empleando para ello, por ejemplo, moldes de los que se emplean para hacer las trufas de chocolate. Así, aunque nos comamos una o dos magdalenas, comeremos menos que si tomamos una sola hecha en un molde de tamaño normal.
Otro truco que podemos emplear a diario para comer menos es usar platos de tamaño mediano. La misma cantidad de comida en dos platos de distinto tamaño siempre parece más cantidad en el plato más pequeño: el tamaño del recipiente distorsiona la percepción de las cantidades. Si usamos platos pequeños puede que nos quedemos con hambre y que repitamos, y en un plato grande nos echaremos más cantidad de la cuenta, por eso lo mejor es usar un plato mediano.
Con las bebidas también pasa que si se toman en vasos anchos y bajos parece que tomemos menos que si el vaso es alto y estrecho, por lo que tenderemos a echarnos más, lo cual, si se trata de bebidas calóricas, como zumos, refrescos o bebidas alcohólicas, puede que no nos convenga. Así pues lo mejor es emplear vasos altos y estrechos.

Minimagdalenas de arándanos
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