jueves, 28 de febrero de 2013

Bollo sevillano

Este mes he hecho tarde los deberes. La verdad es que cuando estudiaba era de las que siempre dejaban todo para el final. Eso de llevar las cosas al día no iba conmigo. Lo de ahora ha sido distinto. Si no he hecho antes mis deberes no ha sido por no querer, sino por no poder.

Bollo sevillano

Este pan que os traigo hoy es la tarea que las chicas de Bake the World nos habían encomendado para hacer este mes, y yo he tardado en hacerlo, pero como se suele decir, "más vale tarde que nunca", así que aquí os dejo con estos  "deberes" tardíos, que no por haberlos hecho tarde me han salido mal. Al contrario, ¡menudos bollitos ricos me han salido! un placer para el paladar, ¡y para la vista!, porque estos bollos sevillanos son de pan bregado, y la verdad es que ver cómo he conseguido esa miga prieta, con esos diminutos agujeros, da una satisfacción total.

Bollo sevillano

Lo malo es que ha gustado tanto que Óscar ya me está pidiendo que haga bollitos de "esos", pero más pequeños para los niños. Y claro, es que este pan difícil no es, pero hacerlo lleva un ratito, porque como dicen en Panis Nostrum, aquí hay que olvidarse de Lepard y Bertinet. Aquí hay que amasar y dar con el rodillo, y eso no se hace solo.

Bollo sevillano

Os dejo con las explicaciones del proceso que yo he seguido:

Ingredientes:

Biga:
70 g harina de fuerza
35 g de agua (50% de hidratación)
1 g de levadura prensada
Masa:
105 g de biga
500 g harina de fuerza
225 g agua (45 % hidratación)
4 g de levadura prensada
2 cucharadas de sal, unos 10 g

- en primer lugar la tarde anterior preparo la biga mezclando la harina con el agua y la levadura. Amaso hasta que los ingredientes se integren bien unos en otros y lo coloco en un bol tapándolo con film de cocina. Lo meto al frigorífico para que fermente despacio y lo dejo allí toda la noche.
- al día siguiente saco la biga del frigorífico y dejo que se atempere. Al cabo de una hora más o menos cojo la biga, la hago trozos pequeños y la añado a un bol con el agua, la harina, la sal y la levadura. La biga habrá esponjado y parecerá un pan, con los agujeritos de la fermentación que parecen la miga, pero sin cocer. Todos estos ingredientes los mezclo y los amaso bien. Al ser una masa poco hidratada queda bastante durilla y cuesta amasarla, pero conviene hacerlo  durante al menos 8 a 10 minutos.
- después de ese amasado empezamos a "refinar" la masa. Para ello la estiramos con ayuda de un rodillo hasta dejarla aproximadamente de 1 cm de espesor. Una vez estirada la doblamos en 3: dividimos mentalmente en 3 partes iguales la masa y doblamos las partes de los extremos sobre la central.
- giramos la masa plegada 90º, volvemos a estirar con el rodillo y a plegar como antes. Y de nuevo repetimos el proceso una tercera vez.
 dejamos reposar la masa 5 minutos para que se relaje el gluten, tapándola con film o con un paño, que no esté húmedo.
- pasados esos 5 minutos volvemos a repetir otros 3 refinados de la masa, osea, estiramos otras 3 veces con el rodillo plegando en 3 veces y girando cada vez que estiramos. De nuevo 5 minutos de reposo. Y volvemos a repetir esto otras dos veces más, hasta que en total hayamos refinado 12 veces la masa.  Observaremos como esa masa se vuelve suave y satinada y no es nada pegajosa.
- tras el último refinado en lugar de plegar la masa como siempre, la enrollamos sobre sí misma, la tapamos con un paño seco y la dejamos que fermente durante una hora más o menos, hasta duplicar su volumen
- pasado el tiempo de fermentación dividimos la masa en porciones. Yo he hecho panecillos de 200 g y otros de algo menos de 100 g. Cada porción la volvemos a estirar y refinar, la enrollamos sobre sí misma y le damos forma. Para ello pellizcamos la masa hasta sellar los extremos y el borde lateral. Después hacemos rodar este bollito sobre sí mismo sobre la encimera haciendo más presión sobre los extremos que en el centro para que de ese modo quede con un poco de panza.
- colocamos los bollos sobre un paño para que fermenten de nuevo, los tapamos y dejamos reposar unos 45 minutos
- antes de meter al horno los bollos los greñamos, haciendoles un corte vertical en el centro que vaya de un extremo al otro y de un centímetro de profundidad, que se supone que es la anchura que dimos a la masa al estirarla, con lo cual es la anchura de la última vuelta que tiene el bollo después de enrollar la masa
- horneamos 15 minutos en el horno precalentado a 210ºC y con vapor. Pasado ese tiempo abrimos el horno unos segundos para que salga el vapor y terminamos de cocerlos a 180ºC durante otros 8 minutos más.

Bollo sevillano

Datos:

- si queréis más información, además de todos los bollos que encontraréis en Bake the World, podéis ir a Panis Nostrum y a  Un pedazo de pan, que es de donde yo he sacado la información para hacer mis bollos
- durante las fermentaciones la masa se seca un poco, no importa
- el tiempo de horneado como siempre depende de cada horno en particular, porque no todos tienen realmente la temperatura que marcan. En este caso, los bollos estarán cuando adquieran un tono dorado, pero sin pasarse, y la temperaura en su interior esté entre 95-96ºC.
- os advierto: si refinais la masa a mano y no estáis muy hechos al rodillo puede que os salgan agujetas jajaja, ¡menudo ejercicio más bueno!
- también se puede refinar la masa con algún artilugio tipo las máquinas de hacer pasta en casa
- como os conté en otra ocasión, estos bollos son los chuscos que comía yo de pequeña, y que era el pan que solían comer los soldados en los cuarteles. Ahora como ya no hay mili... , ¡pero yo puedo seguir comiendo chuscos!
 Bollo sevillano

lunes, 25 de febrero de 2013

Tarta de queso...al revés

A pesar del frío que tenemos por estos lares debido a las nevadas que han caído muy cerca de aquí, hoy os traigo una receta que apetece tomar un poco fresquita y que lleva y un ingrediente muy especial, el queso, con el que mis compañeras y yo hemos realizado las recetas de este mes para Petit-On.

nieve
Tarta de queso...al revés

No os voy a decir nada especial del queso, ni de la cantidad de cosas que se pueden hacer con él, porque las posibilidades que tiene son infinitas. Hay tantas cosas riquísimas que se pueden hacer con queso que casi no terminaba de decidirme por ninguna. Y diréis: ¡pues vaya!, ¡tantas cosas y al final una tarta de queso!. Pues sí, pero os prometo que esta tarta de queso no es normal. ¡Es una tarta especial!.

No lleva la típica base de galletas machacadas, que a mi personalmente no me gusta, ya que me resulta demasiado empalagosa. En realidad no lleva ninguna base, sino que lleva una cubierta superriquísima, la misma que hice en el crumble de manzanas, por eso lo de "tarta de queso al revés". En el crumble esa cubierta quedaba crujiente, y con las manzanas estaba deliciosa, pero aquí, al llevar por encima mermelada, se humedece y queda blandita, con lo que el resultado es increíblemente rico. La base de queso con la mezcla de avena y la mermelada, queda con una textura muy jugosa y suave, todo un placer para el paladar y con un sabor....¡uhhhm!

Tarta de queso...al revés

Y lo mejor de todo: en poco más de media hora está lista, con lo cual es el postre típico que podéis preparar cuando de repente os va a llegar algún invitado a casa y no tenéis nada especial preparado. En serio, media hora más 5 minutos de preparar ingredientes, ¿no os lo creéis?, pues aquí os dejo la receta para que lo comprobéis ;)

Tarta de queso...al revés

Ingredientes:

- 250 g de queso (puede ser queso fresco o tipo philadelphia, o lo podéis hacer vosotras)
- 1 yogur natural
- 4 huevos
- 300 g leche condensada 
- 75 g harina de fuerza
- 50 g mantequilla
- 40 g copos de avena
- 40 g azúcar
- 2 cucharaditas de miel
- mermelada de frutos rojos

- precalentamos el horno  a 180ºC
- engrasamos un molde redondo desmontable con mantequilla o lo forramos con papel de hornear
- cogemos dos huevos y separamos las claras de las yemas . Batimos las claras a punto de nieve hasta que se formen picos
- mezclamos las yemas que acabamos de separar con el queso, el yogur, la leche condensada y el resto de huevos y lo batimos todo hasta que quede una mezcla bien homogénea. 
- sobre esa mezcla, que queda bastante liquidilla, incorporamos con cuidado las claras a punto de nieve. Cuando estén perfectamente mezcladas añadimos esta masa al molde y horneamos a unos 180ºC durante 15 minutos
- mientras se hornea la base de la tarta mezclamos la harina, con los copos de avena, la miel, el azúcar y la mantequilla, y lo amasamos y desmenuzamos con las manos hasta que se formen como migas
- cuando hayan pasado los 15 minutos, sacamos con cuidado el molde del horno, pero sin apagarlo, y lo más rápido que podamos, pero sin quemarnos, vamos colocando por encima de la tarta, que estará medio cocida, la mezcla de los copos, repartiéndola más o menos por igual por toda su superficie.
- volvemos a introducirla en el horno y la dejamos otros 15 minutos a la misma temperatura que antes, hasta que los copos estén dorados . También podemos comprobar que se ha cocido la tarta pinchando con una aguja.
- sacamos de nuevo el molde del horno y dejamos que se enfríe sobre una rejilla antes de desmoldarlo. Después, añadimos por encima una mermelada que nos guste, y ¡listo para degustar! 

Tarta de queso...al revés

Sugerencias

- el yogur puede ser normal, griego o de cualquier tipo, e incluso podéis sustituirlo por la misma cantidad de queso ( unos 125 g) si os habéis quedado sin yogures 
- el queso, si es fresco tipo queso de Burgos, me gusta que sea con sal, pues ese puntito de sal resalta aún más el dulce de la tarta
- la mermelada que yo usé fue de moras, pero podéis usar cualquiera que os guste 
- al sacar la tarta del horno puede que se haya inflado y que se haya levantado un poco de la base del molde. No pasa nada, según se va enfriando vuelve a colocarse bien. 
 - ¡¡Espero que os guste!!
 
Tarta de queso...al revés

viernes, 22 de febrero de 2013

Jabón

Os voy a contar algo: apenas compro ningún producto de limpieza. Ni jabón para la lavadora, ni para fregar, ni para el suelo, ni para el cuarto de baño. Estoy harta de mirar las etiquetas de los productos que compramos (una manía que tengo desde hace tanto tiempo que ya casi ni me acuerdo) y de ver la cantidad de ingredientes perjudiciales que llevan. No me gusta. Y como no me gusta, pues no los compro.

Durante cierto tiempo estuve comprando productos ecológicos, pero vivo en un pueblo pequeño donde estas cosas no están accesibles y estar todo el día pidiendo cosillas por internet o dependiendo de que la familia venga a verte para encargarles cosas no es plan. Así que sólo me quedaba una opción: hacer yo mis propios productos, y así lo llevo haciendo ya desde hace bastante tiempo.

Y es que cuando te acostumbras a hacer tus jabones o tus cremas te das cuenta de que te sale mucho mejor que comprarlos: más ecológico, más natural, más económico. Mucho mejor en todo. Eso sí, hay que ponerse a ello, pero cuando aprendes a hacerlo y ves el resultado no hay pereza ni ningún obstáculo que se te ponga por delante.

jabón y lavanda

¿Os apetece a vosotros también dejar de usar todos esos productos que nos venden llenos de colorantes artificiales, parabenos, PPG´s, PEG's y ese tipo de cosas? ¿Queréis usar productos que no agredan ni vuestra piel ni al medio ambiente?

domingo, 17 de febrero de 2013

Pan de suero

Hace ya tiempo que os conté cómo podíais hacer queso en casa, y os dije de pasada que con el suero que se formaba también se podía hacer, por ejemplo, pan. Pues hoy os traigo el pan en cuestión. 

Pan de suero

No sé si os pasará como a mi, pero imagino que sí. Hay veces que los días no me dan de sí para nada, quiero hacer montones de cosas, pero mi cabeza corre más pensando, que mis manos haciendo. Y este es un pan que muchas veces me saca del apuro. Os preguntaréis que porqué. Pues porque generalmente yo no suelo comprar pan, hago en casa una hogaza que me dura una media de 5 días y un pan de molde para una semana más o menos. Pero hay semanas que justo cuando tengo la masa madre a punto para hacer el pan, tengo que hacer alguna otra cosa y cuando he terminado esa cosa la masa madre ya ha perdido su actividad, así que si soy incapaz de hacer el hacer el pan normal, menos aún para hacer también el de molde, que ya serían dos panes.

Pan de suero

Entonces es cuando hago este pan, porque me vale tanto para dulce como para salado y hace las veces de los otros dos. Podía hacer sólo pan de molde, sí, pero es que este pan..., este pan, es otra cosa.

Sólo hace falta tener leche, cortarla y con ese suero ya estamos preparados para hacelo. Y con la cuajada que se ha formado podemos hacer un queso, con el que yo esta semana he preparado también una tarta, que en unos días también os mostraré.

Pan de suero

La leche que utilizo en estos casos es leche fresca pasteurizada. Con leche de tetrabrick no he probado a hacerlo, pero en cuanto lo haga, que lo haré, ya os diré lo que pasa. En fin, para preparar el suero sólo tenéis que leer la entrada sobre cómo hacer cuajada y queso fresco . Con un litro de leche es suficiente. Y el pan se hace así:

Ingredientes:

500 g harina de fuerza
50 g miel
2 cucharaditas (tsp = 5 ml) de sal
50 g mantequilla a punto pomada
200 ml suero ( o algo más según lo que absorba cada tipo de harina)
7 g levadura prensada

- en un bol mezclamos la levadura con el suero y la miel. Añadimos la harina y la sal y dejamos esta masa en reposo y fermentando durante media hora más o menos
- entre tanto mezclamos el resto de harina con la mantequilla y formamos con ellas una especie de migas. Cuando la primera masa haya fermentado la unimos bien con las migas y después lo dejamos reposar unos 10 minutos.
- volvemos a amasar durante 10 ó 15 segundos y de nuevo dejamos la masa unos 10 minutos en reposo. Repetimos este amasado y reposo otras dos veces más para terminar dejando la masa reposar durante media hora más
- pasado ese tiempo la masa estará suave y elástica. Formamos con ella una bola y la colocamos sobre un bol o cuenco en el que antes habremos colocado un paño enharinado. A mi me gusta colocarla con la parte lisa hacia arriba, porque al meterla en el horno le doy la vuelta, quedando la parte lisa hacia abajo, con lo que después el pan se abre y queda con un aspecto rústico que a mi me parece precioso.
- dejamos que fermente la masa, tapándola con un paño húmedo, durante 1 hora o hasta que duplique su volumen
- por último metemos el pan en el horno precalentado y en el que habremos puesto un recipiente con agua para generar vapor y lo cocemos durante 5 minutos a unos 200ºC, bajando después la temperatura a 175ºC durante 45 minutos más. Al sacarlo del horno lo dejamos enfriar sobre una rejilla

Pan de suero

Sugerencias y datos:

- este pan es una receta que aparece en el libro "Hecho a mano" de Dan Lepard, si bien yo he cambiado la cantidad de suero, pues la que él indica me parece excesiva, así como la temperatura de horneado
- si al amasar se os pega entre las manos os podéis ayudar untando con un poco de aceite de oliva la encimera y vuestras manos
- se conserva muy bien tapado con un paño de algodón, aunque como está tan bueno en casa no nos llega a durar ni 3 días, y entonces ¡vuelta a empezar amasar! jajaja
- si después de amasar no podéis esperar a que fermente y a cocerlo podéis ralentizar la fermentación dejándolo en el frigorífico. Por ejemplo si amasáis por la tarde a última hora podéis dejarlo toda la noche fermentando y cocerlo la mañana siguiente
- ¿verdad que el aspecto rústico que os he dicho es precioso?

lunes, 11 de febrero de 2013

Pastel de acelgas

Sí, si, habéis leído bien, pastel de acelgas. Ya sé que os pensabais que yo me alimentaba de tartas y galletas. Pero no. Yo como de todo, y acelgas también, y además ¡me encantan! Hay pocas cosas que no me gusten, y las verduras creo que me gustan todas.

En realidad me preocupo mucho por lo que como y soy de las que miran las etiquetas de pe a pa, y por fortuna todavía soy capaz de leer esas letras minúsculas con las que muchas veces se detallan los ingredientes. Soy incapaz de comprar algo por razones tan tontas como que en su composición aparezcan potenciador de sabor, jarabe de glucosa, grasa vegetal y cosas por el estilo. Ya veis, manías que tiene una, ¡que le vamos a hacer!.

Pastel de acelgas

Me gusta comer, lo reconozco, y me gusta el dulce, pero el salado también. Hay personas que son de dulces, y otras de salados. Pues yo soy de dulces y de salados.

Las acelgas y las espinacas me gustan mucho. Son dos verduras que si se cocinan bien están riquísimas, pero si no, tienen un sabor fuertecillo que no resulta muy agradable. Yo suelo decir que tienen sabor bravío. Imagino que sabéis a lo que me refiero ¿no?.

Pastel de acelgas
Pastel de acelgas

Para mi el truco para que estén buenas es hacerlas con cebolla, y no con ajo, que parece que es lo típico de toda la vida. Hay verduras que arregladas con ajo no necesitan más, o bueno, quizás un poco de pimentón, pero las acelgas y las espinacas en mi humilde opinión están mucho mejor con cebolla, porque el dulzor de la cebolla les mata el bravío del que os hablaba antes.

Y sin más aquí os explico como podéis hacer este pastel, que estoy segura de que os va a sorprender.

Ingredientes:

para la masa:
400 g harina floja
60 ml aceite de oliva virgen extra
1 cucharadadita de sal
aproximadamente150 ml de leche
1 huevo
2 cucharaditas de levadura química
para el relleno:
1 manojo de acelgas
1 cebolla
200 ml leche
3 huevos
30 g jamón serrano picado
piñones al gusto
sal
pimienta
aceite de oliva virgen extra

- lavamos las acelgas, y quitamos las hebras de la penca. Picamos las hojas y la penca en trozos pequeños y reservamos
- picamos también la cebolla en trozos pequeños y la ponemos a pochar con aceite en una sartén grande. Cuando esté medio transparente le añadimos las acelgas que teníamos reservadas y dejamos que se vayan haciendo así, poco a poco, en la sartén con su propio jugo. De vez en cuando damos vueltas. Si queremos podemos taparlo pero después mejor destapar para que se evapore casi todo el agua.
- cuando las acelgas estén cocidas y el líquido se haya reducido suficientemente, añadimos el jamón, en trozos muy pequeños, y los piñones. Corregimos de sal si es necesario y reservamos
- mientras se hacen las acelgas vamos preparando la masa: mezclamos la harina con la levadura, el huevo, la sal  y el aceite y añadimos poco a poco la leche hasta obtener una masa suave. Según el tipo de harina puede que haya que echar un poco más o menos de los 150 ml, por eso mejor añadirla despacio.
- engrasamos un molde y colocamos la masa sobre este, estirándola con un rodillo. Pinchamos la masa con un tenedor y sobre ella colocamos las acelgas repartidas uniformemente. Batimos los huevos con la leche, añadimos un poco de sal y pimienta y vertemos este batido sobre las acelgas.
- horneamos a 175ºC más o menos durante 30 minutos, en un horno previamente precalentado.
 Pastel de acelgas

Sugerencias:

- podéis cambiar el jamón serrano por jamón de york, y la leche por nata, pero esto último hace que el pastel tenga más calorías
-100 g de acelgas cubren el 25 % de las necesidades diarias de potasio, el 30% de calcio, la mitad del hierro, casi la mitad del magnesio, el 20 % de la vitamina E, yodo y ácido fólico. También aportan vitamina B, son diuréticas y por su contenido en fibra son buenas contra el estreñimiento.
- también podéis cocerlas al vapor y después rehogarlas en la sartén con la cebolla.

domingo, 3 de febrero de 2013

¡Comenzando!

Comenzando de nuevo.
 Hoy os dejo con mi bolso. No me lo he quitado de encima en toda la temporada. Ha sufrido una transformación que le ha hecho comenzar de nuevo, y es que esa es también mi manera de hacer las cosas y quiero que sea en parte la filosofía de este blog, la de intentar aprovechar los recursos que tenemos a nuestro alcance para minimizar nuestro impacto en el entorno. La de hacer las cosas nosotros mismos y dejar así de ser tan dependientes. La de aprender, y sobre todo, disfrutar con lo que hacemos. Espero que os guste.

sábado, 2 de febrero de 2013

Pastel de castañas

Hola, ¿qué tal? como veis de nuevo reaparezco por aquí. Estos últimos días han sido en parte especiales, ¡por fin hemos visto y tocado la nieve! Los niños tenían muchíiiiisimas ganas de nieve, y a pesar de que no ha sido mucho lo que ha caído, y de que tampoco nos ha durado mucho, han podido hacer un muñequito de nieve y pisarla y saltar sobre ella. ¡Ojalá nevara algo más!, pero mejor poco que nada. Hoy ha amanecido también nevado, pero ha salido el sol y apenas quedan ya unos pocos tejados blancos.

Y creo que ya no tendremos mucha más nieve por este año. ¿Qué por qué digo eso?, pues  porque desde hace algo menos de una semana ya hay cigüeñas ocupando los nidos vacíos en la torre de la iglesia, y si los refranes se cumplen, uno de ellos dice: "Por San Blas la cigüeña verás. Y si no la vieres, año de nieves", así que las cigüeñas no podían haber sido más puntuales, porque San Blas es mañana. ¡Y ya comprobaremos si se cumple o no el refrán!. Pero no con nevadillas como la de hoy, ¡sino con nevadas de verdad!

nieve y cigüeñasPastel de castañas

Y al igual que la nieve, que es típica de invierno, yo de nuevo os traigo un pastel de castañas, que también son típicas de invierno. Después de hacer esta tarta y las trufas seguí con ganas de hacer más cosas con este fruto seco que jamás había usado en los postres, pero que resultó ser todo un hallazgo. Y cuando ya pensaba que no iba a encontrar más castañas hasta el año que viene, resulta que vi unas en la frutería que, aunque no os lo creáis, me hablaban y me decían "¡cómpranooos!, ¡cómpranooos!". Y yo la verdad es que no me hice mucho de rogar, para estas cosas soy una chica fácil, ¡qué le vamos a hacer!, ¡y las compré!.

Pastel de castañas

Este año ha habido unas castañas increíbles: gordas, sabrosas, sanas, sin un triste gusano. Por lo visto la cosecha ha debido ser muy buena, y la verdad es que yo doy fe de ello, porque pocos años he comido castañas tan buenas como este. ¿Y vosotros? ¿Habéis comido castañas buenas?. Espero que sí, y os animo a que probéis este rico pastel, que además es fácil y rápido de hacer, y ya sé que esto os lo digo siempre, pero es que es la verdad. ¿Os atrevéis con este pastel tan rico? :)

Pastel de castañas

Ingredientes:

Masa quebrada:
250 g harina floja
125 g mantequilla
70 g azúcar
1 huevo
1 pizca de sal
1 cucharadita de nata (opcional)
Relleno:
2 huevos
200 ml nata
75 g azúcar moreno
400 g castañas
50 g almendras fileteadas
cacao en polvo para adornar

- cocemos las castañas con unos anises tal y como os expliqué cuando hice la tarta de castañas con bombones y trufas. Mientras se cuecen preparamos la masa quebrada: mezclamos la harina, la sal y el azúcar. Añadimos la mantequilla cortada en dados y la amasamos con la mezcla anterior hasta que se formen como migas. sobre estas migas añadimos el huevo, un poco batido, y la nata. Mezclamos todo bien hasta que nos quede una masa homogénea, formamos con ella un bola, la tapamos con film y la metemos al frigorífico durante aproximadamente 1 hora.
- al cabo de ese tiempo sacamos la masa del frigorífico y forramos con ella un molde, que antes habremos engrasado. La pinchamos con un tenedor y la tapamos con papel de horno, o de aluminio, colocando por encima unos garbanzos. La cocemos así, en el horno precalentado a 180ºC, durante 20 minutos.

la masa

- entre tanto, una vez que las castañas se han cocido, las mezclamos con el azúcar, la nata y los huevos y lo batimos para hacer una especie de puré.
- cuando hayamos sacado la masa del horno añadimos dentro de esta el puré, y sobre éste las almendras fileteadas, y volvemos a cocerla durante otros 20 minutos más.
- dejamos que se enfríe y añadimos por encima un poco de cacao en polvo con ayuda de un colador.

Sugerencias:

- podéis hacer la masa quebrada con harina de avena, ¡está buenísima!, el sabor de la avena junto con el de las castañas le da un toque increíble. Y se hace exactamente igual que cuando se añade harina de trigo
- también si queréis podéis añadir un poco de esencia de vainilla a esta masa
- aunque no os lo creáis, si tardáis dos o tres días en acabarla, comprobaréis ¡que cada día que pasa está mejor que el anterior!
- ¡estoy alucinada con las castañas!¡qué ricas!, ¿a que se me nota?
- y lo último: tened cuidado al cocer la tarta, ya sabéis que cada horno es un mundo, así que vigilad y si veis que es mucha temperatura o mucho tiempo lo paráis antes. Y pinchad el relleno con una aguja para comprobar si está bien hecho. Ya sabéis, si la aguja sale limpia ¡ya está!
- esta receta la he adaptado de un libro titulado "Quiches, tartas & cakes"

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