domingo, 29 de julio de 2012

Tarta de zanahoria

No sé porqué, esta tarta me lleva a una época, ya lejana, en la que uno de los mayores acontecimientos que tenían lugar en Valladolid a lo largo del año era la Feria de Muestras. Recuerdo en época de fiestas, cuando aún se celebraba San Mateo, ir los seis hermanos, con nuestros padres a la feria. Y recuerdo una ocasión en la que con nosotros vinieron unos amigos de mis padres que tenían por entonces 4 hijos. ¡Menuda fiesta! Hoy en día es difícil juntar casi 10 niños sólo con dos familias.

Tarta de zanahoria

Mientras los mayores visitaban los stands viendo los distintos productos, nosotros lo pasábamos en grande. ¡Y cual sería nuestra alegría, cuando en uno de los stands nos daban a probar las cosas ricas que preparaban como demostración para la venta de no sé qué productos! Probamos varias cosas, y entre ellas un postre hecho de limón, que aunque no recuerdo qué era, lo que si recuerdo es a toda la recua de golosos comiéndolo como si nunca antes hubiéramos probado algo dulce.

En aquella época, todo hay que decirlo, no se vendían zumos envasados en los super, ni yogures de beber, ni un montón de goloseos de los que hay ahora. Creo que fue la época en la que apareció el petit suise, y la verdad es que en casa apenas lo veíamos, fuera de los anuncios de la tele.

Tarta de zanahoria

Esta tarta de zanahoria, que no sé porqué me trae todos esos recuerdos, es la que hacía mi abuela. Es una de esas recetas que cada poco se repetían en casa, ¡nos encantaba!, aunque en esta ocasión yo he añadido a mayores una cobertura hecha a base de zumo de zanahoria y limón, con una textura casi de mouse, y que le da un toque acidillo que contrasta con el dulce del relleno, dando como resultado una tarta superdeliciosa. Y no es que lo diga yo, es que los que la probaron, incluida yo misma, no dejaron ni las migas, así que, ¿a qué esperáis para prepararla?

Tarta de zanahoria

Ingredientes:

pan de molde dulce:
500 g harina de fuerza
250 ml de leche
125 g azúcar
30 g mantequilla a punto pomada
1 huevo
1 sobre de levadura seca de panadería o 10 g de levadura prensada
1 cucharadita (tsp) de extracto de vainilla
1 pizca de sal
relleno:
500 g zanahorias
100 g coco rallado
250 g azúcar
1 cucharada (tbsp=15 ml) mantequilla
1 cucharadita (tsp=5 ml) de esencia de vainilla (opcional)
1 cucharada (15 ml=tbsp) de coñac
cobertura:
100 ml nata de montar (35 % materia grasa)
2 hojas de gelatina
1 limón
125 g azúcar
1 zanahoria
30 g azúcar glass
2 cucharaditas (5 ml =tsp) de extracto de vainilla

Primero hacemos el pan dulce:

- disolvemos la levadura fresca en unos 20 ml o así del total de leche. Si es seca se añade con la harina
- mezclamos el azúcar, la sal, la mantequilla y el huevo
- añadimos a la mezcla anterior la harina, la levadura y la vainilla
- por último agregamos a todo ello la leche, poco a poco, y vamos mezclando despacio para asegurarnos de que no echamos más leche de la cuenta y no nos queda una masa demasiado blanda. A veces dependiendo del tipo de harina usado o de otros factores puede ocurrir que con menos de 250 ml de leche sea suficiente
- amasamos hasta que nos quede una masa fina y homogénea y dejamos la masa reposando, tapándola con un paño húmedo. También podemos amasar con la técnica de amasados cortos como hice con el pan de molde 
- después de media hora de reposo estiramos la masa, le damos forma más o menos rectangular, y enrollamos uno de los extremos sobre sí mismo formando un cilindro (como si hiciéramos un brazo de gitano). Apretamos un poco la masa en los extremos para sellarlos y lo introducimos en un molde que previamente habremos engrasado. Dejamos la masa que fermente hasta que más o menos duplique su volumen, y  tapamos el molde con un film que también antes habremos untado  con aceite para que al subir la masa no se le pegue
- tras la fermentación lo cocemos en un horno precalentado a 210ºC. Lo dejamos a esa temperatura entre 5 y 10 minutos y después la rebajamos a unos 180ºC durante otros 25 o 30 minutos, como siempre dependiendo de cada horno. Si vemos que se nos oscurece mucho por arriba pero que aún no está cocido podemos poner sobre el pan una lámina de papel de aluminio
- Y para terminar, cuando el pan se haya cocido lo sacamos del horno, lo desmoldamos sobre una rejilla y dejamos que se enfríe.
Una vez que tenemos el pan podemos preparar el relleno de la tarta:
- se cuecen las zanahorias y se hace un  puré que quede un poco jugosillo. 
- mezclamos las zanahorias con el azúcar, el coco, la mantequilla, la esencia de vainilla y el coñac
- si no echamos azúcar glass conviene batir la mezcla en algún aparato para que se disuelva bien el azúcar

Para la cobertura y las zanahorias del adorno:
con una zanahoria tallamos varias zanahorias pequeñitas y a continuación las ponemos en un cazo, las cubrimos con agua, añadimos 50 g de azúcar y una tsp de extracto de vainilla (5 ml) y lo ponemos a calentar a fuego más bien suave hasta que las zanahorias estén glaseadas
- los recortes de zanahoria los licuamos y sobre este zumo añadimos el zumo de un limón y agua, hasta completar 130 ml
- añadimos sobre ese zumo 75 g de azúcar, una tsp de extracto de vainilla y la gelatina, que previamente habremos puesto a remojo. Calentamos hasta disolver la gelatina y el azúcar y después dejamos enfriar para que vaya tomando consistencia
- montamos la nata con los 30 g de azúcar glass, y cuando la gelatina empieza a espesar la incorporamos a la nata montada, mezclando con movimientos envolventes hasta que la cobertura quede homogénea

Finalmente montamos la tarta:
- cortamos el pan en rebanadas
-  dentro de un molde iremos colocando alternativamente una capa de pan, capa de relleno, capa de pan, capa de relleno, hasta terminar con una capa de pan
- colocamos algo de peso sobre las capas para prensar la tarta y que se impregne el pan con el relleno y la metemos al frigorífico unas cuantas horas, o mejor aún hasta el día siguiente
- pasado ese tiempo, desmoldamos la tarta y la bañamos con la cobertura de nata y gelatina. Para adornarla colocamos las zanahorias glaseadas, y unas hojas de hierbabuena simulando las hojas de la zanahoria

Tarta de zanahoria

Tarta de zanahoria

Sugerencias y datos:

- para mi, como más rica está esta tarta es fresquita, recién sacada del frigorífico
- si no queréis o no podéis hacer el pan, podéis sustituirlo por unos bollos suizos
- el zumo de limón de la cobertura, además de darle un sabor riquísimo, hace que el zumo de zanahoria no se oxide y no se ponga marrón
- como alternativa a la licuadora podéis triturar la zanahoria, pasarla a  un lienzo y escurrir el zumo apretando ese lienzo
- también podéis espolvorear coco rallado por encima de la tarta en lugar de hacer la cobertura
- para darle una presentación un poco más especial, podéis hacer como yo,  recortar la tarta con ayuda de moldes de emplatar formando pequeñas tartitas, redondas o cuadradas
- un truco que usaba siempre mi madre cuando no teníamos blondas para las tartas en casa, era recortar la blonda ella misma, tal y como he hecho en este caso. Cortáis un círculo con papel de horno y en los bordes hacéis unas pequeñas ondas. Si todavía lo queréis adornar más podéis hacer en esas ondas unos calados, con un taladro de los que se emplean para agujerear folios
- esta tarta es una forma de que los niños coman zanahoria sin enterarse,  para ello hay que decir que es una tarta de coco, o cualquier otra cosa. Muchas veces no comen algo por pura manía, o porque han oído a otros decir que no les gusta, aun sin haberlo probado, así que para evitar esas manías mejor evitar mencionar la palabra zanahoria.
un par de cosas sobre la zanahoria
- contiene pectina, por lo que posee gran poder de gelificación
- tiene un contenido elevado en betacaroteno, el cual se transforma en el hígado en vitamina A (una molécula de caroteno origina dos de vitamina A)
- la vitamina A, que es buena para la vista, es una vitamina liposoluble, por eso, para aprovecharla al máximo es conveniente aliñar las zanahorias con alguna grasa, como aceite de oliva, girasol, o en el caso de esta tarta, la mantequilla que añadimos en el relleno.
- es mejor hervirla entera, sin trocearla, pues de ese modo sus nutrientes no pasan al agua. También se pueden cocer al vapor.
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