No sé si me vais a creer, pero llevo desde el fin de semana pasado intentando publicar esta receta y no ha sido hasta hoy cuando por fin lo he conseguido. Siempre surge otra cosa que corre más prisa y al final la receta ahí quieta. Pero hoy me he dicho que sí o sí la tenía que publicar, y ya veis...
No sé si os pasará como a mi, pero se me van los ojos detrás de las fresas, y eso que muchas veces te llevas un chasco, porque no tienen el sabor rico que te esperas. Sobre todo lo notas cuando estás acostumbrado a comer fresas de verdad, no de invernadero, pero claro, de esas yo todavía no tengo en mi huerta, así que me tengo que conformar con las compradas.
Esta receta que os traigo hoy hace que hasta la fresa más insípida esté rica. La textura de la mousse es muy suavecita y encima no llena, por lo menos a mi. Es terminar de tomar un vasito y sentir ganas de tomar otro, ¡porque está tan rico!, y no me lo tomo, no os creáis, pero os aseguro que de buena gana lo haría.
Es además una receta muy fácil de hacer, y con un resultado increíble. ¿Podreis resistiros a esta mousse?
Ingredientes:
3 hojas de gelatina neutra
250 g de fresas
80 g de azúcar
2 yogures naturales
1 brick pequeño de nata de montar (200 ml)
- ponemos la gelatina a remojo y mientras se hidrata trituramos las fresas con la batidora y después las pasamos por un colador para quitarles las semillas
- montamos la nata con el azúcar
- cuando la gelatina esté hidratada la mezclamos con el puré de fresas y lo ponemos a calentar hasta que se disuelva. Retiramos del calor y dejamos que se enfríe, primero a temperatura ambiente y después en el frigorífico. Debe estar muy frío, a punto de cuajar. En ese momento batimos con las varillas como si fuéramos a montar nata para, de ese modo, hacer que la gelatina se esponje y absorba aire. Observaremos como cambia el color, que pasa de rosa oscuro a rosa claro a medida que se va llenando de burbujillas de aire
- finalmente mezclamos los yogures con la nata y después con las fresas, todo ello con mucho cuidado y con movimientos envolventes para que no se nos vaya el aire de esta mezcla.
- rellenamos los tarritos con la mousse y dejamos enfriar. Lo ideal es dejarlo de un día para otro para que con el frío adquiera la textura ideal. Además ¡cuanto más frío más rico está!
¡Espero que os guste!