Sí, si, habéis leído bien, pastel de acelgas. Ya sé que os pensabais que yo me alimentaba de tartas y galletas. Pero no. Yo como de todo, y acelgas también, y además ¡me encantan! Hay pocas cosas que no me gusten, y las verduras creo que me gustan todas.
En realidad me preocupo mucho por lo que como y soy de las que miran las etiquetas de pe a pa, y por fortuna todavía soy capaz de leer esas letras minúsculas con las que muchas veces se detallan los ingredientes. Soy incapaz de comprar algo por razones tan tontas como que en su composición aparezcan potenciador de sabor, jarabe de glucosa, grasa vegetal y cosas por el estilo. Ya veis, manías que tiene una, ¡que le vamos a hacer!.
Me gusta comer, lo reconozco, y me gusta el dulce, pero el salado también. Hay personas que son de dulces, y otras de salados. Pues yo soy de dulces y de salados.
Las acelgas y las espinacas me gustan mucho. Son dos verduras que si se cocinan bien están riquísimas, pero si no, tienen un sabor fuertecillo que no resulta muy agradable. Yo suelo decir que tienen sabor bravío. Imagino que sabéis a lo que me refiero ¿no?.
Para mi el truco para que estén buenas es hacerlas con cebolla, y no con ajo, que parece que es lo típico de toda la vida. Hay verduras que arregladas con ajo no necesitan más, o bueno, quizás un poco de pimentón, pero las acelgas y las espinacas en mi humilde opinión están mucho mejor con cebolla, porque el dulzor de la cebolla les mata el bravío del que os hablaba antes.
Y sin más aquí os explico como podéis hacer este pastel, que estoy segura de que os va a sorprender.
Ingredientes:
para la masa:
400 g harina floja
60 ml aceite de oliva virgen extra
1 cucharadadita de sal
aproximadamente150 ml de leche
1 huevo
2 cucharaditas de levadura química
para el relleno:
1 manojo de acelgas
1 cebolla
200 ml leche
3 huevos
30 g jamón serrano picado
piñones al gusto
sal
pimienta
aceite de oliva virgen extra
- lavamos las acelgas, y quitamos las hebras de la penca. Picamos las hojas y la penca en trozos pequeños y reservamos
- picamos también la cebolla en trozos pequeños y la ponemos a pochar con aceite en una sartén grande. Cuando esté medio transparente le añadimos las acelgas que teníamos reservadas y dejamos que se vayan haciendo así, poco a poco, en la sartén con su propio jugo. De vez en cuando damos vueltas. Si queremos podemos taparlo pero después mejor destapar para que se evapore casi todo el agua.
- cuando las acelgas estén cocidas y el líquido se haya reducido suficientemente, añadimos el jamón, en trozos muy pequeños, y los piñones. Corregimos de sal si es necesario y reservamos
- mientras se hacen las acelgas vamos preparando la masa: mezclamos la harina con la levadura, el huevo, la sal y el aceite y añadimos poco a poco la leche hasta obtener una masa suave. Según el tipo de harina puede que haya que echar un poco más o menos de los 150 ml, por eso mejor añadirla despacio.
- engrasamos un molde y colocamos la masa sobre este, estirándola con un rodillo. Pinchamos la masa con un tenedor y sobre ella colocamos las acelgas repartidas uniformemente. Batimos los huevos con la leche, añadimos un poco de sal y pimienta y vertemos este batido sobre las acelgas.
- horneamos a 175ºC más o menos durante 30 minutos, en un horno previamente precalentado.
Sugerencias:
- podéis cambiar el jamón serrano por jamón de york, y la leche por nata, pero esto último hace que el pastel tenga más calorías
-100 g de acelgas cubren el 25 % de las necesidades diarias de potasio, el 30% de calcio,
la mitad del hierro, casi la mitad del magnesio, el 20 % de la vitamina
E, yodo y ácido fólico. También aportan vitamina B, son diuréticas y por su contenido en fibra son buenas contra el estreñimiento.
- también podéis cocerlas al vapor y después rehogarlas en la sartén con la cebolla.