sábado, 31 de mayo de 2014

Pan brié y "canto" de tomate

¡No lo he podido evitar!.

¿Qué es lo que no he podido evitar?, ¡pues hacer este pan!. Y es que siendo yo de Valladolid, resistirme a hacer un pan bregado era demasiada resistencia. Así que sin más, me deje llevar por la propuesta de Bake the World, que esté mes nos ha invitado a elaborar pan brié.

Pan brie

Y sí, por supuesto, es un pan bregado, pero afrancesado, ya que entre sus ingredientes lleva mantequilla. Para hacerlo me he guiado por la receta de Richard Berthinet, aunque después,a la hora de amasarlo con el rodillo lo he hecho tal y como os conté en la receta del bollo sevillano.

No me quise liar demasiado y me parece que hice poco pan. Tenía que haber aumentado la cantidad, porque la verdad es que merece la pena. Al contrario de lo que pasa con los panes que suelen vendernos por ahí, es un pan que dura tierno varios días, tapado en una bolsa de lino o algodón, así que por mucho que se haga, nunca está de más.

El caso es que no me quería liar, ¡pero me lié sin querer! Sí, porque en cuanto me puse con el rodillo aparecieron por allí Nuño y Alonso diciendo que ellos también querían hacer pan, ¡y cualquiera les hace desistir! Total, que les mezclé un poco de harina, con sal, agua y un poco de levadura, todo a puro ojímetro, y les puse a amasar.

niños amasando

Alonso protestaba porque decía que no sabía amasar, cosa que ya ha hecho más veces, pero ya sabéis lo que son los niños, total, que mi masa en la encimera y yo explicándole cómo tenía que sujetar la masa y estirarla, plegarla, girarla y volver a empezar.

Y Nuño, a su bola, porque él no pregunta, directamente empieza a echar más agua, y luego más harina, y de nuevo más agua, y cuándo me di cuenta el agua se escurría por la encimera hasta el suelo, allí más que masa había una especie de papilla que ni con el amasado francés se hubiera convertido en algo medio manejable, ¡no os lo podéis ni imaginar! ¡Esto sí que era una pesadilla en la cocina!.

pan brie

En fin, menos mal que al final se cansaron, me dejaron la pesadilla para mi sola y mi masa de pan también, así que pude continuar con el amasado y dejar reposando mis panes para ponerme a limpiar ese desaguisado.

El resultado final de esta odisea fueron unos panes preciosos, la verdad, ricos, con la típica miga prieta de los panes bregados, y que no se resintiéron lo más mínimo por las esperas que tuvieron que sufrir, que fueron algo más largas de lo que yo las hubiera dejado para que se relajara el gluten, pero bueno.

pan brie

Para rematar con este pan no me pude resistir a preparar algo que mis hermanos y yo solíamos merendar cuando éramos pequeños y que yo les empecé a dar a mis hijos cuando tenían alrededor de un año. Algo muy sencillo y a la vez nutritivo: un "canto" de tomate. No es que pusiéramos a cantar a un tomate ¿eh? consiste en cortar un canto o borde del pan, y rellenarlo con tomate, aceite y una pizca de sal. 

En realidad esto lo hacíamos con los chuscos, que son más como el pan sevillano, y es algo delicioso, mi hijo Nuño se puso las botas, porque es una mezcla exquisita, que deja al pan jugoso, y ese contraste con el aceite y el tomate...¡es que no se puede ni describir! Mis hijos, que les encanta hacer barquitos en la ensalada, ¡cómo se iban a resistir a esto!

pan brie

Ingredientes:

Para el pan:
- prefermento:
10 g de levadura prensada
500 g harina de fuerza blanca
10 g de sal
350 g agua
- masa del pan:
todo el prefermento anterior
250 g harina blanca de fuerza
50 g de agua
10 g levadura prensada
50 g mantequilla
5 g de sal
Para el canto de tomate:
tomate
aceite de oliva virgen extra
sal

- preparamos el prefermento la noche anterior: desmenuzamos la levadura sobre la harina, añadimos el agua y la sal y mezclamos.
- pasamos la masa a la encimera sin enharinar y la amasamos , empleando la técnica de amasado francés (de Berthinet).
-volvemos a dejar la masa en el cuenco enharinado, la tapamos con un paño húmedo y la dejamos reposar hasta que duplique su volumen o toda la noche en el frigorífico. Yo la dejé en un porche a unos 10ºC durante toda la noche y parte del día siguiente.

- al menos una hora antes de hornear iremos calentando el horno a 250ºC y en él introduciremos una bandeja con agua para generar vapor
- para el pan, disolvemos la levadura en el agua y a continuación añadimos el resto de ingredientes, incluyendo el prefermento.
- amasamos bien hasta  que los ingredientes estén más o menos integrados unos en otros y a continuación empezamos a usar el rodillo para refinar la masa y terminar su amasado. Para ello hice lo mismo que con el bollo sevillano: la estiro con el rodillo, la pliego en tres, la giro y vuelvo a estirar con el rodillo, tal y como podéis apreciar en las fotos
- repetimos este proceso 3 veces, tapamos la masa con un paño húmedo y dejamos que descanse 5 minutos para que se relaje el gluten

amasando pan bregado

- después de repetir este proceso estirando con el rodillo unas 12 veces en total, veremos que la masa se ha vuelto suave y satinada, entonces hacemos una bola y doblamos los bordes de la bola hacia el centro de la misma, girándola a la vez. Dejamos la bola reposando durante más o menos hora y media en un cuenco y bien tapada con un paño húmedo
- pasado ese tiempo volcamos la masa en la encimera (sin harina), y la dividimos en piezas de unos 400 g, hacemos bolas con esas piezas para darles forma de pan redondo, las dejamos reposar sobre un paño con la unión hacia a bajo y las cubrimos con más paños para que fermenten  durante una hora (según la temperatura podrá ser algo más de tiempo)
- cuando los panes hayan levado les hacemos un corte en el centro, a ambos lados de éste otros dos cortes más pequeños, y a los lados de éstos últimos otros dos aún más pequeños
- introducimos los panes en el horno (yo lo hago colocando en la bandeja papel de hornear), y al cabo de 5 minutos sacamos la bandeja con agua, bajamos la temperatura a 220ºC y dejamos hornear otros 15 minutos. Pasado ese tiempo abrimos la puerta del horno, bajamos la temperatura a 180ºC y dejamos otros 5 minutos más para que salga el vapor.
- finalmente terminamos de enfriarlos sobre una rejilla

- para hacer el canto de tomate: cortamos un canto del pan, lo vaciamos, sacando la miga, y en el hueco que nos ha quedado exprimimos la pulpa de un tomate, y si es necesario con el cuchillo echamos también trocitos de la carne del tomate. Echamos por encima un poco de sal y aceite de oliva virgen extra. Colocamos a modo de tapadera la miga que habíamos extraído y presionamos ligeramente para que se empape del jugo de tomate y del aceite, y ya está, ¡listo para comer!

"canto" de tomate"canto" de tomate
"canto" de tomate

lunes, 26 de mayo de 2014

Ensalada rápida, crujiente y fácil de lombarda con sésamo

La receta que os traigo hoy ha sido algo que ha surgido sin tenerlo planeado. Tengo un cuaderno en el que suelo apuntar las recetas que quiero publicar, y según lo hago las voy tachando. Soy muy aficionada a hacer este tipo de listas y cuando llega la hora de tachar la verdad es que me encanta, jajaja, es como haber alcanzado un reto.

¡A lo que iba!, que me pierdo. Os decía que esta receta no la tenía en la lista, pero así, sin comerlo ni beberlo, aquí os la traigo. La culpable ha sido esta:

lombarda

Si, esa lombarda tan chiquitita y tan cuca: nuestra última lombarda de la temporada. La verdad es que era tan pequeña que me dio pena cocerla, sobre todo porque no daba "pa ná". Pero sin embargo, para hacer una ensalada para dos, con la que completar la comida me pareció suficiente. Y digo para dos porque Óscar y yo la comimos, pero los niños se conformaron con mirarnos. ¡Espero que algún día se animen, pero por lo menos el ejemplo no les falta!

ensalada de lombarda

Ya sabéis que debemos dar prioridad  a las frutas y verduras en nuestra dieta, en teoría la mitad de lo que comemos cada día deberían ser alimentos vegetales. Y si se trata de verdura cruda, además de sana es deliciosa, ¡y no siempre vamos a comer ensalada de lechuga!. A mi me encanta el crujido que se siente cuando masticas algo crudo. Igual que con la coliflor, que también me gusta echar de vez en cuando algún trozo en las ensaladas. ¿Qué tendrán los alimentos crujientes que nos resultan tan atractivos? No sé si es que dan la sensación de frescura, de algo recién hecho y natural, el caso es que yo creo que nos gustan a todos.

ensalada de lombarda

Pues nada más, aquí os dejo con esta ensalada fresquita y vistosa, y con una lombarda de casa que no volveremos a probar hasta casi final del verano, porque ahora acabamos de plantar una nueva remesa de crucíferas, y nos toca esperar a que se hagan.

ensalada de lombarda

Ingredientes:

 500 g lombarda (para 4 personas)
un poco de sésamo
aceite de oliva virgen extra
vinagre 
sal

- cortamos la lombarda en juliana, la lavamos, escurrimos y la disponemos en una ensaladera
- añadimos unas semillas de sésamo por encima
- aliñamos al gusto con aceite de oliva, vinagre y sal. Yo usé vinagre de vino blanco, pero podéis usar el que más os guste

ensalada de lombarda


Datos y sugerencias:

- si os gusta podéis aliñar la ensalada con alguna vinagreta, o incluso con mahonesa, pero a veces menos es más, y en este caso simplemente con aceite, vinagre y sal está deliciosa

- si la queréis tomar como un primer plato en vez de como ensalada para picotear, mejor añadir unos 250 g de lombarda por persona.

- los colores rojos, púrpuras y azules que tienen los vegetales como la lombarda, los rábanos, y muchas bayas, se debe a unos pigmentos llamados antocianinas que se encuentran en las vacuolas de las células de las plantas. Cuando cocinamos los alimentos, las vacuolas se dañan y los pigmentos que contienen salen fuera de éstas y se diluyen.
Estos pigmentos son alterados por el nuevo medio en el que se encuentran los tejidos de las plantas después de cocinarlos, sobre todo por la diferencia entre el pH que tenía la de la vacuola y el del agua de cocción. Las vacuolas suelen ser generalmente ácidas, mientras que el agua de la cocción es algo alcalino (básico)
En medio ácido las antocianinas suelen ser rojas. Alrededor del pH neutro se vuelven incoloras o violetas, mientras que en condiciones alcalinas son azules, por esta razón la lombarda al cocerla pierde su color rosa y se vuelve azul,  volviendo a recuperar el rosa si se le añade vinagre o zumo de limón.

- podéis hacer un experimento divertido con los niños: sobre el agua de cocer lombarda, que también es azul, añadid un poco de vinagre hasta que se vuelva rosa. Y una vez que se ha vuelto rosa, añadiendo un poco de bicarbonato conseguiréis que se vuelva otra vez azul. ¡Es magia, y a los niños les encanta!

viernes, 23 de mayo de 2014

Listado de aditivos para el bolso

Desde hace casi más años de los que puedo acordarme quise saber qué aditivos de los que llevan los alimentos son buenos y cuales son malos, o menos buenos.

Al poco de acabar la carrera una amiga empezó a trabajar en una fábrica de galletas, y me pasó un listado con todos los "es". Con esa tabla me hice una lista aditivos buenos y malos, y con el tiempo esa lista la he ido adaptando y modificando hasta obtener este listado para llevar en el bolso.


No vienen todos los aditivos, que son muchísimos, sino los que suelen aparecer con más frecuencia entre los ingredientes. Muchas veces ya ni llevo la lista en el bolso, porque ya me sé cuál es cada uno.

En fin, por si os interesa el tema os dejo esa lista para que la podáis usar. Al final del post os dejaré dos PDF para que los descarguéis, uno con los aditivos buenos, y otro con los malos. Los podéis imprimir  y colocáis uno por un lado y otro por otro y después lo plastificáis, como yo he hecho. Y si os resulta grande pues con hacerlo más pequeño listo, siempre y cuando podáis leerlo, claro.

Yo tengo esta lista de guia pero tampoco me obsesiono demasiado, porque a veces es imposible descartar un aditivo malo de algún producto. Los vinagres, por ejemplo suelen llevar sulfitos o dióxido de azufre. Durante una temporada yo estuve comprando un vinagre de manzana que no tenía sulfitos, pero llevo meses sin encontrarlo, así que tengo que tragar con ellos.

Más cosillas:

- el E260, ácido acético, se supone que es bueno sólo si proviene de la oxidación del vino, pero eso sí que es imposible saberlo.
- el E420, sorbitol, es el edulcorante que aparece en los chicles sin azúcar, y no es bueno pasarse de la dosis, ya que puede tener efectos laxantes. En los paquetes suele ponerlo. Es un azúcar que por ejemplo se encuentra de modo natural en las manzanas.
- los lactatos y el ácido láctico tampoco son muy recomendables para los que tienen problemas con la lactosa.
- el ácido benzoico, benzoatos, ésteres del ácido benzoico y bifenilos derivan del benceno, por si os suena. Por cierto, los ésteres del ácido benzoico terminan su nombre en bencilo o benzoilo, por ejemplo: acetato de bencilo.
- todos los compuestos que terminan en ico u oso son ácidos, y las sales que derivan de éstos terminan en ato o ito: ácido acético/acetato, ácido nitroso/nitrito...
- los nitratos y nitritos aparecen en los fiambres, jamón de york, y demás derivados que lleven carnes. Es prácticamente imposible encontrar algún tipo de carne envasada que no lo lleve, así que no nos queda más remedio que pasarlo por alto.
- por último, otro aditivo que no está en la lista pero que es muy recomendable evitar es el glutamato monosódico, E621, que se usa como potenciador de sabor. Cuando se añade es para disimular la falta de materia prima tanto en cantidad como en calidad. Por ejemplo, en el jamón de york aparece mucho. Fijaos en el % de carne de ese jamón, a veces no llega ni al 60%. Le añaden féculas y más cosas, así que como tiene poca carne no puede saber a carne, por eso le añaden el potenciador, para hacer que sepa a lo que no tiene.

Y mención aparte habría que hacer de los aromas, que no aparecen en estas listas. De mi época trabajando también en una fábrica de galletas, sé que el transporte de los aromas artificiales se lleva a cabo igual que el de productos tóxicos y peligrosos, que es lo que son, ya que un vertido de éstos tiene graves consecuencias para el ambiente. Así que yo también procuro evitar todo aquello en lo que no ponga aroma natural, pero con el cola cao, por ejemplo, lo paso por alto.

Os dejo también con este vídeo que compartí en otro día en facebook, y en el que enseñan a preparar colorantes naturales, aunque está en inglés se entiende muy bien sólo con verlo. Este vídeo me llegó a través de El taller de Juliette


Espero que os haya gustado y que os resulte útil. Quizás si nos hacemos exigentes a la hora de comprar empezarán a fabricar productos de más calidad, ¿vosotros qué creéis?

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cake de moras

Todos los años en septiembre, me gusta ir a coger moras. En realidad no sé qué me gusta más, si comerlas o cogerlas, aunque casi diría que lo segundo. Creo que ya os he dicho en alguna ocasión que mis genes recolectores son muy dominantes, ¡soy una depredadora nata!.

Eso de lanzarme sobre la zarza y estirarme para coger un racimo con unas moras gordísimas, aunque no os lo creáis, es de lo más emocionante. Lo malo es, que a veces, como la postura es demasiado forzada, según acabo de coger las moras se me caen, ¡qué rabia!

cake de frutos rojos

Pero el resumen de la jornada es puro gozo. Cuando llegas a casa con la cesta llena de jugosas moras, es para mi una satisfacción increíble, eso junto con el haber disfrutado de una jornada en el campo, recibiendo casi siempre los rayos del sol otoñal, con esos colores entre ocres y rojizos, es una maravilla. Esas tardes me hacen sentir muy bien, parece que cojo fuerzas y energía para poder pasar el frío invierno. Me dejan con muy buen humor, y además, ver lo que disfrutan los niños cogiendo moras, arrancando alguna que otra mazorca de maíz, correteando...de verdad que es una sensación estupenda.

cake de moras

Todos los años hago mermelada con las moras que recolecto, tanto con las de árbol como con las de zarza, pero además me gusta congelar parte de esas moras, porque así tengo materia prima para hacer durante el resto del año deliciosos postres, como este que os traigo hoy. Si nunca las habéis congelado no dudéis en hacerlo, porque quedan estupendas.

cake de moras

Es un bizcocho tierno, y a pesar de que la mitad de la harina que lleva es integral no se nota ni denso ni seco, al contrario, es muy jugoso gracias a la humedad que le aportan las moras y el yogur de la masa. El sabor dulce del bizcocho contrasta a la perfección con el toque de las moras, o de cualquier otro fruto rojo que queráis añadir. Es un contraste tanto en sabor como en textura y está realmente delicioso.

cake de moras

Los bizcochos con frutas me gustan porque de alguna manera considero que son un poco "menos malos", en el sentido de que aportamos "algo más" que los hidratos de carbono de la harina y del azúcar. Concretamente, los frutos rojos están cargados de sustancias antioxidantes, y también tienen un aporte considerable de fibra, y aunque no sea mucha la fibra que vamos a tomar con un pedacito de bizcocho, todo va sumando, sobre todo teniendo en cuenta que mucha gente hoy en día consume una cantidad de fibra muy por debajo de la recomendada.

No me voy a extender con la importancia de tomar fibra para nuestra salud, tan sólo os diré que la cantidad recomendada depende de la edad, pero viene a ser de algo más de 30 g diarios para los hombres, y un poco menos de esta cantidad para las mujeres, y 6 g de bayas, ya sean de moras, arándanos o lo que sea, nos aportan la importante cantidad de 6 g de fibra, es decir la quinta parte de lo que necesitamos.

cake de moras
                                                                       La manita de Nuño al ataque

Ingredientes:

100 g harina de repostería
100 g harina integral
8 g de levadura química
3 huevos
100 g azúcar
80 g mantequilla
1 yogur natural
100 g frutos rojos (moras, arándanos, grosellas...)
(yo usé moras congeladas)

- precalentamos el horno a 180ºC
- tamizamos las harinas junto con la levadura
- batimos los huevos con el azúcar hasta que blanquee y duplique su volumen
- en ese momento incorporamos poco a poco la harina, la mantequilla fundida y el yogur y mezclamos con cuidado hasta obtener una masa homogénea.
- forramos un molde con papel de hornear, y añadimos sobre él una pequeña parte de la masa. A continuación sobre esta masa colocamos unas cuantas moras, de nuevo añadimos más masa y seguimos con otra capa de moras, y así sucesivamente hasta terminar con la masa y con las moras. Haciéndolo de este modo las moras no se irán al fondo, y además el bizcocho no se volverá morado, cosa que ocurriría si mezclamos desde el principio las moras con la masa.
- finalmente horneamos el bizcocho a unos 180ºC durante 50 minutos. Ya sabéis que esto depende mucho de cada horno, así que la mejor manera de comprobar que está hecho es pinchando el bizcocho con una aguja, y si sale limpia es que ya está.
- una vez cocido desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar sobre una rejilla.

moras y preparación cake


Sugerencias y datos:

- el antioxidante presente en los frutos rojos es el ácido elágico, que posee efecto anti-cáncer y se encuentra en las moras, arándanos, frambuesas, fresas, granada, e incluso en las nueces
- si os queréis tirar sobre una zarza para coger moras llevad una manta vieja, así, si la colocais entre vosotros y la zarza os evitará unos buenos arañazos, y también si lleváis un palo o una cachaba podéis ayudaros con ella para separar las ramas de las zarzas
- esta receta es del libro "Quiches, tartas y cakes" de RBA, aunque yo la he modificado añadiendo un poco menos de azúcar, y con todo y con eso os aseguro que está muy dulce.

jueves, 15 de mayo de 2014

Estantería con casillas restaurada

Cuando hace ya casi tres años comencé este blog, lo hice con una entrada de un curso de restauración de muebles que acababa de impartir. Después, poco a poco, empecé con las recetas, intercalando de vez en cuando alguna entrada más con cosas de las que hago.


Más tarde comencé otro blog con intención de poner en él esas otras cosillas que hago y que enseño a hacer en los cursos, pero finalmente he decidido que  voy a poner todo en un único blog. Al fin y al cabo, publico muchas más recetas en comparación con cualquier otra cosa, y el otro blog el pobre estaba tan abandonado, que para eso no merece la pena tener dos blogs.

Así que después de este lío, me he traído a este blog las entradas del otro, y si sois aficionados como yo a hacer un poco de todo, quizás mis diy os inspiren para hacer cosillas, si no, puede que a partir de ahora os vaya picando un poco el gusanillo.

Hoy os traigo un casillero que restauré este invierno. El pobre estaba tan abandonado como el susodicho blog, y cuando me preguntó Óscar que si quería una estantería que había encontrado tirada donde su madre enseguida le dije que sí. ¡A mi en principio todo me vale!, aunque estaba bastante cochambrosa, esa es la verdad.
Lo primero que tuve que hacer fue limpiarla a base de lija. Mirad como estaba y como se quedó


Una vez lijada mi idea era pintarla de blanco decapado, como podéis ver en la primera foto. Tenía un resto de una imprimación blanca al agua, que empleé para la primera mano, y así gasté ese resto de pintura.

Después con otro sobrante que tenía de esmalte acrílico blanco mate le di otro par de manos. Cuando la pintura se hubo secado pasé un poco la lija por los bordes para levantar un poco la pintura y para darle así el efecto decapado, después un poco de cera incolora, frotar ¡y listo!
Ya sólo me faltaba colgarla...y rellenarla:


Como veis lo de rellenarla fue fácil, y la verdad es que tener todas mis cosas tan a mano me ha venido fenomenal, porque a veces me daba pereza ponerme a hacer algo sólo por no tener que buscar el material.
¿Qué os ha parecido? ¿Os atrevéis con este tipo de cosas? 
La próxima entrada os prometo que será dulce...y rica, ¡ya estoy con ella! ;)

lunes, 12 de mayo de 2014

Puré cremoso de calabaza con puerros

Seguro que muchos estáis pensando que cómo se me ocurre a estas alturas de mayo venir con una receta de puré. Sí, ya sé que en algunos sitios hace bastante calor y que sólo apetece tomar ensaladas y cosas fresquitas, pero también hay zonas donde todavía no hace tanto calor, por ejemplo donde yo vivo, que aunque de día hace bueno por la noche refresca, y tomar un puré calentito para cenar, la verdad es que al cuerpo le sienta fenomenal. Como muestra os diré que hoy hemos amanecido con 6ºC.

Puré cremoso de calabaza con puerros

La textura que tiene este puré es más parecida a la de una crema, pero sin tener que añadir ningún ingrediente tipo nata, y eso es gracias a la calabaza. En realidad lleva ingredientes muy sencillos pero a pesar de eso su sabor es exquisito, calabaza, puerro, que disimula bastante el excesivo dulzor de la calabaza, patata y aceite de oliva, ¡nada más!, pero os aseguro que es tan delicioso que es uno de mis purés favoritos. En realidad no se necesitan ni muchos ingredientes ni muy sofisticados para poder comer un plato delicioso, y esta crema es una buena prueba de lo que os digo.

calabaza, puerros y patata

Y para hacer todavía más irresistible este plato, lo he acompañado de unos picatostes, o tostones, como diría mi padre. Como veis no puede ser nada más cotidiano y simple, pero a a la vez más delicioso y tentador, ¿quién puede resistirse a un buen puré con unos picatostes crujientillos?

Además es una alternativa ideal para que los niños coman verdura. Mi hijo pequeño come ensalada y bastantes verduras sin necesidad de disimularlas, pero el mayor se niega y sólo come verdura si se la doy sin que lo note, así que, como a mi me preocupa bastante que mis hijos coman bien, y de todo, hasta que el mayor madure un poco y vuelva a comer las verduras como hacía cuando tenía 3 añitos, se las daré en purés o camufladas, pero no se quedará sin ellas, ya que son un pilar básico de la alimentación.

Puré cremoso de calabaza con puerros

La pena es que, como nada es eterno, hace tiempo se terminaron las calabazas de nuestra huerta, así que ahora hay que comprar, pero al menos aún nos queda algún que otro puerro de los nuestros para hacer este suculento puré.

También es perfecto para los bebés, pues tanto la calabaza, como la patata y el puerro, son algunos de los alimentos con los que se les empieza a enseñar que hay más cosas además de la leche. Por eso si tenéis un bebé esta crema es ideal, ya que sirve para toda la familia, sin necesidad de tener que preparar una comida para los mayores, y otra distinta para el bebé, lo cual es un buen ahorro de trabajo y de tiempo. Es una crema versátil donde las haya, pues se adapta a todas la edades, eso sí, en caso de hacerla para bebés echaremos la sal al final, pues los menores de un año no deben tomarla.

Puré cremoso de calabaza con puerros

Espero haberos convencido para probar este puré cremoso tan increíble, haya la temperatura que haya. ¡Feliz semana!

Ingredientes:

para unas 4 raciones
550 g calabaza
300 g patata
5 puerros medianos
300 g agua
aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta
pan
cebollino

- añadimos en una olla 3 ó 4 cucharadas de aceite, y cuando esté caliente echamos la verdura troceada.
- rehogamos durante un minuto más o menos y a continuación le añadimos el agua y la sal y tapamos la olla. Si usáis una olla superrápida en 5 minutos la verdura está lista
- cuando se haya cocido, con la batidora trituramos la mezcla de verduras hasta obtener un puré de textura cremosa. Si nos parece demasiado "gordo" podemos aligerarlo añadiendo algo más de agua hasta que nos guste la textura.
- en una sartén calentamos aceite y antes de que empiece a humear añadimos trocitos de pan para hacer unos picatostes. Los sacamos de la sartén cuando estén dorados y los ponemos a escurrir sobre papel absorbente.
- a la hora se servir la crema, sobre cada ración colocamos unos picatostes y un poco de cebollino picado por encima. También en ese momento podemos añadir, si nos gusta, un poco de pimienta negra

Sugerencias:

- si variáis las cantidades de los ingredientes no pasa nada, esto no es tan exacto como la receta para hacer un bizcocho y da igual echar 550 que 600 g de calabaza o de cualquier otro ingrediente
- en vez de cebollino podéis poner cualquier otra hierba aromática que os guste, yo es la que eché porque tengo un montón en mi patio ;)

Para los bebés:

- lo primero es no echar sal
- segundo, si queréis podéis añadir las verduras directamente a la olla, cocerlas y después añadir el aceite crudo sobre el puré, que es lo que normalmente se recomienda hacer, aunque si lo hacéis rehogando primero las verduras no tenéis que preocuparos porque es igualmente una opción saludable
- podéis añadir a este puré un trocito de carne de pollo o ternera cocidas o hechas a la plancha, que previamente habréis triturado en trocitos muy diminutos con la ayuda de un cuchillo, así le estaréis dando a la vez la proteína que necesita
- y si no queréis no tenéis porque usar la batidora, con aplastar las verduras con un tenedor, y hacer el puerro muy pequeño con un cuchillo es suficiente. Los bebés suelen comer mejor estos trocitos pequeños que muchas personas mayores, y de ese modo se van acostumbrando a otras texturas.
- si no habéis introducido aún el gluten no echéis el picatoste, y la pimienta mejor que tampoco la echéis

Y aquí os dejo con el cebollino que tengo, que está espectacular:

cebollino ene flor

martes, 6 de mayo de 2014

Galletas crujientes de copos de avena y orejones

¡Madre mía! cuánto tiempo sin publicar una receta con avena, casi ni me lo puedo creer, ¡con lo que me gusta a mi la avena!.

galletas de copos de avena

El domingo hizo una día casi de verano, sería para compensar el frío que nos hizo el sábado, que corría un ris horroroso. ¡Puro invierno! ¡Vaya cambios de un día para otro!. El caso es que con lo bueno que hacía daba una pereza horrorosa meterse en casa a preparar galletas ni nada, porque en el patio se estaba muy a gustito. Ahí estaba yo, sentada al solillo, y medio atontada dormida. Pero como me apetecía hacer estas galletas, sobre todo pensando en que así, algún día durante la semana, los niños las podrían llevar de almuerzo al cole, pues me espabilé y mientras me hacía una infusión preparé también la masa.

galletas de copos de avena

Ya sabéis que yo no me suelo complicar la vida, y menos el domingo, ¡que ya me costó bastante meterme en casa!, así que os podéis imaginar que estas galletas son del tipo de siempre: rápidas, fáciles y muy resultonas.

Además de su increíble sabor tienen una textura ideal: ¡son crujientes!, y no sé a vosotros, pero a mi el ruidillo ese que hacen al masticarlas me encanta, ¡ya ves tu qué bobada! y encima son de las que al untarlas en la leche se empapan y no son nada duras, así que para mi son perfectas, ¡de 10!, porque hay muchas galletas riquísimas, pero que hagan ruidillo al comerlas y que encima absorban el líquido al untarlas, no hay tantas.

galletas de copos de avena

Así que os aseguro que al final mereció la pena dejar el patio a pesar de lo bueno que hacía, sólo para preparar estas galletas tan especiales.

galletas de copos de avena

La vez anterior que las hice duraron en casa bien poco, porque a los niños les encantan, y eso que llevan copos de avena, pero es que prácticamente ni se notan. Con este tipo de galletas no me importa que coman un par de ellas o tres, porque llevan menos azúcar que las compradas, no llevan jarabe de glucosa fructosa, ni aromas, ni colorantes, ni grasas vegetales o aceites parcialmente hidrogenados, ni metabisulfitos. Y encima la fibra que les aportan los copos es completa, y no como la de las galletas integrales, que por si no lo sabíais las llaman integrales, pero en realidad están fabricadas, en la mayoría de los casos, con harina refinada a la que añaden salvado, con lo cual no son realmente integrales.

galletas de copos de avena

Ingredientes:

90 g de copos de avena (usé una variedad de copos más bien finos)
60 g harina de trigo tamizada
60 g azúcar moreno
un pellizco de sal
1/2 tsp (cucharadita) levadura química
40 g orejones cortazos en trozos muy pequeños
60 g mantequilla a punto pomada
3 tbsp (cucharadas) de leche templada

- cortamos los orejones en trocitos muy pequeños. Si están un poco secos los dejamos a remojo en agua hasta que se hinchen un poco, si no, los podemos usar directamente
- mezclamos la avena con la harina, el azúcar, la mantequilla, la sal, la levadura y los orejones troceados. Amasamos bien y si la masa queda muy seca y se desmenuza mucho le añadimos la leche templada hasta que la masa ligue un poco más. La textura debe ser blandita, pero no pegajosa, aunque al llevar los copos de avena no va a ser una masa muy ligada, del tipo de las galletas normales o de una masa de pan.
-hacemos bolitas del tamaño que nos guste y con los dedos las vamos aplastando y dando la forma redondeada. Según las terminamos de formar las vamos colocando sobre una bandeja de horno en la que antes habremos colocado un poco de papel de hornear para que no se nos peguen
- cuando tengamos formadas las galletas las horneamos durante 20 minutos a unos 175ºC en el horno  precalentado

Sugerencias:

- en vez de orejones también podéis añadir pasas, arándanos...o hasta trocitos de chocolate
- si se os pegaran en las manos al darles forma no añadáis más harina para arreglarlo, es mejor que os mojéis las manos y que les deis la forma con las manos húmedas, de ese modo no se os quedará la masa tan pegada a las manos
- la receta es una adaptación de unas galletas que vi en la revista Lecturas Cocina Fácil
- otras recetas de galletas de avena que podéis encontrar en el blog son las Cookies con avena, chocolate y avellanas y las Galletas de avena
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