¡Vaya días tenemos! Resulta que la primavera nos llegó antes de tiempo y ahora lo estamos pagando con un invierno atrasado. Frío, lluvia, viento... Todo invita a quedarse en casa, al calorcillo, cerca de la chimenea, tomando un pedacito de bizcocho con un chocolate calentito (o colacao, o café, o una infusión...).
Pues para ello nada mejor que la receta de hoy, aunque por poco me quedo sin publicarla, al menos hasta dentro de unos días, y todo gracias a mi hijo Nuño ¡cómo no!. Casi acababa de desmoldar el bundt y colocarlo en la encimera de la cocina, bien lejos del borde, cuando vi a Nuño mirarme con cara de haberla "mangado" y marcharse corriendo. Entonces yo también corrí a la cocina y vi el desastre. ¡Se había subido en una banqueta y había metido el dedo en el bundt!. No es que fuera un agujero demasiado grande, pero desde luego que se notaba. Era como del diámetro de un huevo. ¡Pero qué tío!, ¡menos mal que llegué más o menos a tiempo!, si no, dedillo a dedillo acaba estropeándome todo el cake.
¡Cómo me acordé de Lena y la tarta que hizo para el cumpleaños de su padre y su hermano! ¡Casualmente este bundt también lo hice para el cumple de mi madre!. Pero gracias a Dios la cosa no llegó a más.
A pesar de ser para mi madre, he dado gusto a todos los que lo íbamos a comer, y por esa razón lo he hecho de chocolate blanco y negro. Si lo hago sólo de negro Óscar se queja porque le va más el blanco. A mi, la verdad sea dicha, el
chocolate blanco no me hace mucho tilín, al fin y al cabo le falta el
cacao, que es lo bueno del asunto, con todos sus antioxidantes y todo su
sabor. Total, el chocolate blanco es manteca de cacao
con leche en polvo. ¡Mejor el negro, os lo digo yo! Pero en fin, así ¡todos contentos!
Y la verdad es que si queréis probar algo superbueno sólo tenéis que animaros con esta
receta. Eso sí, tomadlo con moderación porque es calórico a tope, y ya
se sabe: un minuto de placer...y toda la vida en las caderas, ¡ja, ja,
ja!.
Y ahora la sorpresa, al menos para mi: ¡he resultado ganadora del concurso organizado por la revista "Sal y Pimienta"!, y entre otras cosillas, el premio consiste en un molde para bunt, ¡qué casualidad!, así que a partir de ahora tendré que prodigarme más con este tipo de recetas. Ya me contaréis que tal os ha salido esta, ¿vale?
Y ahora la sorpresa, al menos para mi: ¡he resultado ganadora del concurso organizado por la revista "Sal y Pimienta"!, y entre otras cosillas, el premio consiste en un molde para bunt, ¡qué casualidad!, así que a partir de ahora tendré que prodigarme más con este tipo de recetas. Ya me contaréis que tal os ha salido esta, ¿vale?
Ingredientes:
400 g harina de repostería
200 g de azúcar
200 g mantequilla a temperatura ambiente
4 huevos a temperatura ambiente
250 ml de suero de leche (buttermilk)
100 g chocolate blanco para fundir
100 g de chocolate negro de cobertura
1 teaspoon de levadura química (Royal)
1 teaspoon de bicarbonato de sodio o hidrógeno carbonato de sodio (me salió la veta química)
una teaspoon de esencia de vainilla o un poco de vainilla en polvo
- precalentamos el horno a 180ºC
- fundimos al baño María los chocolates por separado
- mezclamos la mantequilla con el azúcar hasta blanquearla, y después añadimos los huevos, ligeramente batidos y de uno en uno
- separamos esta mezcla en dos, sobre una añadimos el chocolate negro fundido, y sobre la otra el blanco
- mezclamos la harina tamizada con la levadura y el bicarbonato, también tamizados
- añadimos la esencia de vainilla en el buttermilk. Si fuera vainilla en polvo se puede mezclar con la harina
- dividimos la harina y el buttermilk en dos porciones
- añadimos a cada una de las mezclas de chocolate la harina, en tres veces y el buttermilk, en dos, haciéndolo de un modo alternado, es decir, harina, mezclamos, buttermilk, mezclamos, y así hasta terminar
- las dos masas que tenemos, una blanca y otra negra, las colocamos alternadas dentro del molde, que previamente habremos engrasado con mantequilla, colocando primero la de un color y luego la del otro, en dos ó más veces. Golpeamos un poco el molde contra la encimera, poniendo entre medias un paño, y así nos aseguramos de que la masa ocupe todas las hendiduras.
- horneamos sobre una rejilla, para que el aire entre por dentro del tubo del molde, a 180ºC, durante unos 50 minutos
- por último, sacamos el cake del horno y lo colocamos sobre una rejilla durante 10 minutos antes de desmoldarlo, y cuando lo desmoldemos lo dejaremos enfriar también sobre la rejilla.
Y como estoy muy contenta por haber ganado el concurso, aquí os dejo estas flores para que os alegren también a vosotros.
Sugerencias:
Las grasas saturadas sí que podemos metabolizarlas, por lo que es más fácil deshacerse de ellas, y una persona sana no tiene problemas por tomar cierta cantidad de éstas, porque además son necesarias. Si dejamos de tomarlas disminuyen los niveles de colesterol malo, ... pero también del bueno, por lo que no debemos desecharlas completamente de nuestra dieta.
Y en cuanto a calorías, ya he comentado en alguna otra ocasión, que todas las grasas tienen exactamente las mismas calorías, así que me da igual añadir aceite de oliva que mantequilla, ambos nos proporcionan 9 cal/g
- si no encontráis buttermilk, podéis prepararlo añadiendo una cucharada de limón o vinagre y 250 ml de leche entera, esperáis un poco a que se corte la leche y ¡listo!