Hacía mucho que no os traía nada por aquí, pero espero que esta entrada de hoy os compense por ello. Desde que recuerdo siempre quise aprender a hacer jabón, y aunque no os lo creáis, después de estudiar toda una carrera de químicas, con especialidad en química orgánica, terminé sin saber hacer jabón.
Diréis que qué más da que sea química orgánica que cualquier otra, pero no, no da igual, porque precisamente la reacción de formación del jabón, la tan sonada saponificación, es una reacción de química orgánica, una reacción de sustitución nucleófila sobre carbono carboxílico, ¡ahí es na!, y es que suele ocurrir, que en las universidades nos enseñan mucha teoría, pero las cosas prácticas y útiles de la vida, no siempre nos las cuentan.
Parece mentira que muchas mujeres mayores de los pueblos han hecho jabón toda la vida, y yo y tantos otros químicos como yo, ni idea. Y esa sabiduría de esas mujeres mayores en parte se está perdiendo, porque las más jóvenes no saben hacer, en la mayoría de los casos, todas las cosas que hacían sus madres, con lo que estamos perdiendo un legado de conocimientos muy importante, y es una pena.
La primera vez que hice jabón, o por lo menos que lo intenté, tendría unos 25 años o así, y ¡menuda liada preparé! No sé de dónde saqué la receta, bueno sí, de algún libro que pillé en la biblioteca, pero no sé cuál. En aquel entonces no había internet como lo hay ahora, sólo en algún sitio oficial, universidades y sitios parecidos, así que de internet os aseguro que no la saqué.
En fin, lo hice en una leñera y menos mal. ¡Ni os imaginais lo limpia que quedó la leñera cuando recogí todo el jabón líquido que se había caído!, ¡puf!, ¡qué trabajo para nada!. Pero no se me quitaron las ganas, y después de dos o tres experiencias con más o menos éxito, por fin aprendí a hacer jabón.
Suelo hacerlo con los restos del aceite que uso en la cocina, ya que no mato ni ternero ni gocho, aunque alguna vez también lo he hecho con sebo que me han dado. Y la verdad es que me queda estupendo. Para las manchas de ropa, e incluso para limpiar los baños y fregar los cacharros, no hay nada más ecológico ni mejor.
Medidas de seguridad:
Antes de hacer jabón os aviso que tenéis que tomar ciertas precauciones, ya que usaréis sosa, la cual si no se usa con cuidado podría quemaros. Tampoco es cuestión de asustarse ni de ponerse una escafandra, pero hay que saber con qué tipo de producto estamos trabajando.
- en primer lugar, cuando lo hagáis, niños fuera
- usad guantes para proteger las manos
- si no lleváis gafas os recomiendo que os pongáis gafas de seguridad. La sosa es un álcali y estos, al contacto con los ojos son muy corrosivos, más que los ácidos. Si os cayera lejía sería igual de peligroso, pues también es un álcali. Y si tuvierais la mala suerte de que os saltara sosa a los ojos, id inmediatamente al grifo y lavad el ojo bajo el chorro de agua por lo menos durante 5 minutos. Después id al médico para que os aseguren que no tenéis ninguna lesión.
- a la hora de preparar la disolución de sosa en agua, hay que añadir SIEMPRE la sosa sobre el agua, y no al revés. Esta es una medida de seguridad muy importante que debéis respetar siempre
Material necesario:
balanza digital
molde
espátula
termómetro que marque entre 0 y 100ºC
recipientes que no sean de aluminio
guantes
gafas de seguridad
Ingredientes:
1000 g de aceite usado
157 g de sosa
330 g de agua
Paso a paso:
- pesamos el agua y la sosa por separado
- añadimos la sosa sobre el agua a temperatura ambiente, removiendo un poco para que no se quede la sosa apelmazada en el fondo del recipiente. Haremos esto en un lugar ventilado, pues se desprenden vapores. Esta disolución libera mucho calor, por lo que debemos esperar hasta que la temperatura baje entre 49 y 60ºC. A esta mezcla de sosa y agua se le llama lejía.
- mientras, calentamos el aceite hasta una temperatura también entre 49 y 60ºC
- cuando la sosa y el aceite estén a la temperatura adecuada, añadimos poco a poco la sosa sobre el aceite y removemos con cuidado de no salpicar. No es necesario que estén a la misma temperatura, sólo que ambos estén en ese intervalo.
- con la batidora removemos intermitentemente: batimos y paramos, batimos y paramos, y así durante unos 15 minutos hasta que el jabón tenga una textura parecida a la de una mahonesa o una crema pastelera. En ese momento decimos que el jabón ha alcanzado la traza.
- llegados a este punto, removemos a mano para que salgan a la superficie posibles burbujas de aire y si queremos podemos añadir algún aceite esencial para dar olor, máximo 40 gramos
- seguimos dando vueltas para mezclar todo y finalmente lo vertemos en un molde y lo tapamos con una mantita o toalla para que se mantenga a una cierta temperatura y gelifique mejor
- cuando endurezca, que a veces ocurre en un día y otras en dos, lo cortamos en trozos del tamaño que queramos
- dejaremos que se seque durante un mínimo de 20 días antes de usarlo, mejor un mes, que es el tiempo aproximado que tarda en secarse y en finalizar la reacción de saponificación
Consejos:
- utilizad sosa lo más pura posible, al menos de un 99% de pureza. La sosa es hidróxido de sodio, y a veces en los botes ponen hidróxido de sodio al 99%
- conviene filtrar el aceite antes de usarlo para eliminar todos los posos. Yo uso un filtro de café, pero de papel no, de los de plástico que son fijos
- usad un delantal y procurad tener los brazos tapados para evitar posibles salpicaduras
- si forráis el molde con papel de hornear os ayudará mucho a la hora de desmoldar el jabón
- después de verter el jabón en el molde lo golpearemos, con cuidado, contra la encimera, para que así suban más burbujas de aire y desaparezcan
- si no tenemos aceites esenciales podemos intentar perfumar nuestros jabones guardándolos en una caja con hierbas y flores aromáticas, que es como se hacía antiguamente, aunque el aroma será muy sutil, y más tratándose de un jabón hecho con aceite usado. También podemos poner a macerar el aceite con hierbas aromáticas antes de hacer el jabón. Así disimularemos también los posibles olores que pueda tener el aceite.
- este jabón no es adecuado para uso cosmético, es decir, para ducharse con él. No os pasará nada si lo hacéis, pero no va a beneficiar a vuestra piel. Para hacer jabones cosméticos hay que usar distinta proporción de sosa y aceite.
- y en caso de que no queráis hacer jabón, lo que jamás debéis hacer es tirar el aceite que os sobre por el desagüe, ya que depurar el agua cuando va mezclada con aceite es uno de los procesos más costosos que se llevan a cabo en las depuradoras. En todo caso llenad botellas con el aceite usado y tiradlas después a los contenedores de aceite, o también podéis empapar papeles de periódico con el aceite y tirarlos después a la basura normal.
- y en caso de que no queráis hacer jabón, lo que jamás debéis hacer es tirar el aceite que os sobre por el desagüe, ya que depurar el agua cuando va mezclada con aceite es uno de los procesos más costosos que se llevan a cabo en las depuradoras. En todo caso llenad botellas con el aceite usado y tiradlas después a los contenedores de aceite, o también podéis empapar papeles de periódico con el aceite y tirarlos después a la basura normal.