Hoy ha sido uno de esos días que, sin hacer gran cosa, se ha pasado sin enterarnos. Por la mañana he hecho unas galletas, cuajada, he refrescado la masa madre, que a veces me da mucha pereza, y por supuesto, la comida, así que la tarde la hemos aprovechado en plan hortelano, ¡porque no todo va a ser amasar y hornear!
En casa nos encanta comer verdura, así que esta época del año la disfrutamos a tope poniendo la huerta a punto. Todo el mundo anda revuelto por esta zona, y es que debido a las lluvias no hemos podido empezar antes, y el que más y el que menos, tiene una huertuca que atender.
Nos gusta que los niños participen en los preparativos, y que vean de dónde salen la mayoría de las verduras que luego van a comer. Y a ellos lo que más les gusta es eso de guarrearse con la tierra y el agua. Al principio nos daba miedo que cogieran la azada, pero la verdad es que la manejan como auténticos hortelanos. ¡Han disfrutado como enanos sembrando judías verdes!. Primero han puesto las alubias a remojo mientras Óscar preparaba los surcos. Después Alonso ha sembrado sus propias alubias, y entre los dos se peleaban por agarrar la regadera para regarlas, pero finalmente no han podido hacerlo porque es tan grande que no podían con ella.
En fin, hemos disfrutado del aire libre y de la huerta, y de vuelta a casa, han cenado, se han tomado su lechita con unas galletas de avena, y ¡a la cama!. ¡Y qué a gusto nos hemos quedado! Cuando ellos duermen es nuestro ratito de relax, porque durante todo el día no paran y hay que estar continuamente pendiente de ellos. Ellos necesitan descansar para volver mañana a su frenética actividad, y nosotros necesitamos que ellos descansen para poder descansar también.
En fin, hemos disfrutado del aire libre y de la huerta, y de vuelta a casa, han cenado, se han tomado su lechita con unas galletas de avena, y ¡a la cama!. ¡Y qué a gusto nos hemos quedado! Cuando ellos duermen es nuestro ratito de relax, porque durante todo el día no paran y hay que estar continuamente pendiente de ellos. Ellos necesitan descansar para volver mañana a su frenética actividad, y nosotros necesitamos que ellos descansen para poder descansar también.
Ya sabéis que
tengo debilidad por la avena. Hago pan con avena y cerveza, pan de semillas con avena y harina de espelta, galletas de avena,
estas cookies, y en un futuro seguro que seguiréis viendo más recetas
con avena. ¡Es que no me canso de ella!. Y estas cookies están especialmente buenas. Además son las típicas galletas que después de 4 días están igual de crujientes que recién horneadas. ¡Riquísimas! De verdad que os animo
a que las hagáis porque además de ricas no pueden ser más sencillas
de hacer: sólo mezclar y hornear, ¿os atrevéis? ¡Venga!
INGREDIENTES:
130 g de harina de repostería
125 g de mantequilla a punto pomada
100 g azúcar moreno
100 g azúcar blanquilla
2 huevos a temperatura ambiente
190 g de copos de avena
50 g avellanas tostadas troceadas
60 g de chocolate de cobertura en trozos pequeños
2 teaspoon de esencia de vainilla (10 ml)
1/4 teaspoon de levadura química (Royal) (1ml)
1 pellizco de sal
- mezclamos la mantequilla con los azúcares y la vainilla y batimos hasta blanquear la mezcla
- añadimos los huevos, de uno en uno y batimos bien para incorporarlos a la mezcla
-añadimos la harina, junto con la levadura y la sal, previamente tamizadas
- finalmente agregamos los copos de avena, junto al chocolate, y a las avellanas
- con una cuchara vamos colocando porciones de masa sobre una bandeja de horno engrasada o sobre un papel de hornear de modo que quede entre ellas suficiente espacio
- horneamos a 180ºC durante 10 ó 12 minutos
- sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla
Esta receta está adaptada del libro "Galletas, pastas y mantecadas" de Anne Wilson.
Aquí, al final de la entrada, tenéis datos interesantes sobre la avena.
Esta receta está adaptada del libro "Galletas, pastas y mantecadas" de Anne Wilson.
Aquí, al final de la entrada, tenéis datos interesantes sobre la avena.