Este año, no sé porqué, tenía yo ganas de hacer un calendario de Adviento. Bueno, sí se porqué. Los niños ya están pensando en poner el árbol de Navidad con todos sus adornos, y llevan unos días coloreando abetos. Mi vecina B. ha hecho unos fantásticos calendarios de patchwork, y Anna, al igual que al año pasado, también ha hecho un calendario precioso, así que como todo se pega, menos la hermosura, a mi se me han pegado las ganas de calendario.
Y como siempre, se juntan el hambre con las ganas de comer. Resulta que mirando recortes de revistas, de esos que tengo guardados a tutiplén, me encuentro con un calendario de Adviento de galletas con forma de árbol de Navidad, y pensé, ¡ya tengo calendario!, mejor dicho, ¡calendarios!, porque he tenido que hacer uno para Alonso y otro para Nuño, ¡cada uno el suyo!.
Y ya puesta en plan navideño me acordé de que unas navidades en Bilbao, vi en una pastelería una torre hecha con galletas en forma de árbol de Navidad, así que con la masa que me sobró de las galletas del calendario maquiné un árbol, que aunque no tiene nada que ver con el que yo vi, me costó conseguir que los niños no se lo comieran mientras terminaba de montarlo. Claro, que ¡a quién se le ocurre hacer ese tipo de cosas con los niños delante!
Y como soy una copiona, me acordé también de unas bolas de Navidad hechas de ganchillo que vi en otro escaparate, y que cuando las vi me dije a mi misma que tenía que hacerlas, ¡y dicho y hecho!.
Y es que es lo que tiene vivir en un pueblo pequeño, que cuando vas a la "capi" se te van los ojos detrás de los escaparates, y no siempre para comprar, sino que muchas veces como inspiración y fuente de ideas para hacer cosas. Así, encima de no gastar comprando lo que vemos, tampoco gastamos en revistas de manualidades. En realidad esto no me viene de ahora. Cuando vivía en Valladolid hacía lo mismo. Recuerdo una vez copiando una chaqueta de Benetton, la forma, el punto, ¡todo! Esa chaqueta después se la hizo una amiga y quedó idéntica a la de la tienda en todo, bueno, menos en el precio. ¿Vosotros también os inspiráis como yo viendo tiendas?
Y sin más aquí os dejo con todas las cosas que os he contado. Bueno, sin más no, tengo que deciros que no he usado ningún colorante artificial para hacer los adornos del árbol y a mi me parece que me han quedado superbonitos, ¿a qué si?
Ingredientes:
Para las galletas:
350 g harina de repostería
1 huevo a temperatura ambiente
150 g azúcar glass
150 g mantequilla a punto pomada
1 cucharadita esencia de vainilla
Para el mazapán:
125 g almendra molida
185 g azúcar
unos 40 ml de agua
adornos de estrellitas y corazones (opcionales)
té matcha, cúrcuma y jugo de remolacha
- batimos la mantequilla hasta suavizarla y a continuación le añadimos el azúcar, tamizado, en tres veces. Batimos bien hasta blanquear la mantequilla y que esponje
- añadimos la esencia de vainilla u otra de nuestro gusto y el huevo ligeramente batido y mezclamos
- finalmente añadimos la harina, también en unas tres veces y previamente tamizada y la mezclamos con lo anterior. Tanto si lo hacéis a mano como con algún aparato no conviene amasar en exceso, en cuanto esté todo bien mezclado paramos, pues no queremos que se desarrolle el gluten y que la masa coja cuerpo.
- metemos la masa al frigorífico tapada con film y lo dejamos unos 15 minutos. Después de ese tiempo sacamos la masa, que se habrá enfriado lo justo para permitirnos estirarla bien con el rodillo. Esto lo haremos colocando la masa entre dos láminas de papel de hornear y pasando el rodillo por encima del papel. A cada pasada despegamos el papel de la masa y le damos la vuelta. Hacemos esto tantas veces como necesitemos hasta que la masa tenga el grosor deseado, de unos 6-7 mm.
- volvemos a meter la masa en láminas en el frigorífico durante dos ó más horas. Entonces estará lista para cortarla para hacer las galletas. También podemos hacer la masa por la tarde y esperar hasta el día siguiente.Yo usé un cortador cuadrado de 4,5x4,5 cm. Para un calendario se necesitan 24 cuadrados y 15 triángulos. Con esta cantidad de masa yo hice dos calendarios y el árbol.
- horneamos las galletas a unos 180ºC en el horno precalentado durante unos 12 minutos, y las dejamos enfriar sobre una rejilla
- los números, del 1 al 24 se hacen con chocolate fondant derretido al baño maría
- para el mazapán se pone a calentar el azúcar con el agua hasta que se disuelva completamente. Una vez conseguida la disolución, seguimos calentando para evaporar parte del agua. Se supone que se tiene que alcanzar el punto de bola, pero esto del almíbar es un poco lioso. Sencillamente, cuando esté bien espeso, salgan burbujas y empiece a cristalizar el azúcar en las paredes del recipiente, y antes de que nos descuidemos y el azúcar se empiece a convertir en caramelo, en ese momento, añadimos al azúcar la almendra, y removemos bien hasta mezclarlo perfectamente. Nos quedará una masa que podemos moldear con las manos. Si veis que os queda muy blandita, podéis chapucearla un poco añadiendo más almendra, y si queda durilla un poco de agua.
- para colorear el mazapán separamos tres porciones: en una añadimos té matcha, en otra cúrcuma y en la última jugo de remolacha. ¿Las cantidades? A ojo hasta que tengáis el color tan intenso como queráis. El sabor que le dan los colorantes a la masa prácticamente ni se nota, ya que predominan el azúcar y la almendra.
- la masa del mazapán también se estira entre dos capas de papel de horno, y se corta, a poder ser, con formas navideñas. Yo además puse en alguna de las figuritas estrellitas y corazones de azúcar para decorarlos
-por último, para montar el calendario lo hice sobre un papel de pintar acuarela, que es bastante poroso. Como pegamento usé chocolate fondant derretido, que también lo usé para pegar el mazapán
-para el árbol: con la masa sobrante se hornean varias galletas redondas, de distintos tamaños, y luego se pegan con chocolate fondant unas sobre otras de mayor a menor. Después yo le añadí unas galletas con forma de árbol y una estrella, pero cada uno lo puede personalizar a su estilo ¿no os parece?
Sugerencias y datos:
- truco: para pintar los números me ayudé de una jeringuilla. A veces no se necesitan grandes ni caros aparatos para hacer las cosas, sólo un poco de imaginación. Concretamente usé una jeringuilla de 5 ml de las de los jarabes de los niños
- respecto de los colorantes: yo no soy nada amiga de los colorantes artificiales. Muchas veces es imposible eliminarlos, sobre todo cuando se trata de los niños, ¡a ver quien es el valiente de convence a un niño de que una chuche verde fosforita tiene un colorante malísimo de la muerte para que no se lo coma! Pero en fin, para eso se inventaron los domingos, que son el día de las chuches. Para lo demás, y sobre todo para lo que hagamos en casa, mejor no emplear nada artificial. Se supone que lo hecho en casa es más sano que lo comprado así que yo apuesto por que lo sea de verdad.
- los colorantes podemos distinguirlos en las etiquetas de los alimentos que compramos por su numeración, ya que van del E-120 al E-199. En la naturaleza los colores de los alimentos van asociados a los antioxidantes que contienen: licopeno, caroteno, carotenoides... cuanto más variada en colores sea nuestra dieta más saludable será. En cambio no ocurre así con los colorantes artificiales, que son responsables de reacciones alérgicas, e incluso existen estudios que los relacionan con la hiperactividad infantil, y con ansiedad en los adultos. Está claro que los alimentos nos atraen muchas veces por su color, sobre todo a los niños, pero si es posible, que sea un color natural.
- y por último, y termino con el rollo. Para hacer las bolas de Navidad sólo hay que rodear bolas de porexpan, o bolas viejas de Navidad a ganchillo haciendo punto bajo. Primero hay que ir aumentando puntos en cada vuelta, según vaya pidiendo la forma de la bola, y después menguando. Cuando empecéis a menguar debéis empezar a tejer con la bola dentro de lo que vais tejiendo para que poco a poco se vaya tapando.
- ¡¡Se me olvidaba deciros una cosa: desde la semana pasada podéis encontrar otras recetas mías en Petit-on!!
