De nuevo vuelvo a las andadas con una nueva receta. En realidad la receta no es que sea nada del otro mundo, ya que como veis es un simple yogur natural. Aunque en realidad sí tiene algo distinto.
Lo que tiene diferente es el modo en que está hecho, ya que no he usado yogurtera ni ningún artefacto super guay, ni caro, ni de última moda. Al contrario, podría decirse que lo he hecho del modo más cutre, más barato y más anticuado del mundo. O también podría decir que he hecho yogures vintage, que parece que suena mejor. Pero en realidad lo que he hecho ha sido aprovechar los recursos que nos ofrece la naturaleza, minimizando el gasto energético, la huella ecológica y la factura de la luz.
Lo que tiene diferente es el modo en que está hecho, ya que no he usado yogurtera ni ningún artefacto super guay, ni caro, ni de última moda. Al contrario, podría decirse que lo he hecho del modo más cutre, más barato y más anticuado del mundo. O también podría decir que he hecho yogures vintage, que parece que suena mejor. Pero en realidad lo que he hecho ha sido aprovechar los recursos que nos ofrece la naturaleza, minimizando el gasto energético, la huella ecológica y la factura de la luz.
Y es que hacer unos yogures no consume mucho, pero pequeños ahorrillos, como este, van sumando a fin de mes en nuestra cuenta, y en el consumo de recursos de nuestro planeta. Eso sin tener en cuenta que también contribuimos al no consumir tanto producto envasado con plásticos, que después hay que reciclar.
Por un lado he querido hacer los yogures de esta manera para no consumir luz, pero por otra porque estoy superconvencida de que deberíamos aprovechar mucho más de lo que lo hacemos la energía solar, cosa que parece que se nos tiene prohibida con los cánones que se han impuesto, o se quieren imponer, a quienes producen energía solar, incluso aunque se trate de energía para su propio consumo. Es algo que no llego a comprender. A mi mente racional se le escapa que en un país como el nuestro, que con todo el sol que tiene podría disminuir en gran medida su dependencia de los combustibles fósiles, no sólo no lo hagamos, sino que encima se nos penalice si lo hacemos.
Así que yo haré yogures solares, fundiré mis jabones al sol, secaré tomates al sol, y también secaré mi ropa al sol, exprimiré las naranjas a mano y todo lo que pueda hacer, sin enchufar un aparato eléctrico también lo haré.
Pero hay otro motivo más por el que hacer los yogures de esta manera me gusta especialmente. Y es un motivo sentimental. Recuerdo que cuando tenía 7 años pasamos el verano en Alcira, en casa de una tía. Aquel fue un verano estupendo. Recuerdo ir la playa cada día, y recuerdo también que íbamos a coger piñones y que para limpiarnos después las manos renegridas, lo hacíamos con limones, que supongo que mi madre y mi tía habrían cogido de algún limonar. Recuerdo los paseos por la tarde, y los polos de horchata que nos compraban por 2 pesetas, ¡y lo ricos que estaban!, y también recuerdo las subidas a la azotea de la casa de mi tía para tender la ropa y para recogerla cuando estaba seca, y recuerdo... los yogures hechos al sol en una cazuela.
De todo esto hace ya mucho, mucho tiempo, pero lo tengo grabado en mi memoria como si hubiera sido ayer. Desde entonces todo ha cambiado mucho, pero algunas cosas depende de nosotros que sigan siendo iguales, y yo al menos intento que así sean, y me aferro a ellas porque creo que son parte de mi esencia, forman parte de mi naturaleza y si las pierdo se perderá parte de lo que yo soy y de lo que siento.
Así que seguiré haciendo yogures solares, como estos que os traigo hoy, mientras tengamos un sol que nos alumbre y nos dé calor. Y si vosotros os animáis a hacer lo mismo, aquí os explico cómo los podéis hacer, y si no os animáis, pues siempre podréis hacerlos con una yogurtera, que os aseguro que también os saldrán estupendos, el procedimiento es el mismo en ambos casos, y ya se sabe que lo que hace uno mismo siempre sabe mucho mejor que lo comprado y da mucha más satisfacción, y menos residuos.
Ingredientes:
un yogur natural
un litro de leche
una cucharadita de leche en polvo (opcional)
vasitos de yogur vacíos
- lo primero es calentar la leche, yo lo hice durante10 minutos a 90ºC, conviene ir dando vueltas para que no se forme nata, aunque si se forma se quita y listo. Después, si queremos, añadimos la leche en polvo y removemos para disolverla completamente
- dejamos que la leche se temple y que la temperatura baje a unos 40-45ºC. Entonces añadimos el yogur a la leche y damos vueltas con unas varillas para distribuirlo por igual
- rellenamos los tarritos con la mezcla de leche y los tapamos con trocitos de papel de aluminio, que colocaremos alrededor de la boca, presionando para sellar lo mejor posible
Tuve ayudantes para tapar los tarritos ;)
- mientras, habremos calentado al sol, o en una cazuela, suficiente agua entre 30-45ºC. A 45ºC, que es la máxima temperatura que toleran las bacterias, pueden estar listos en unas 3 horas. Cuanto más baja sea la temperatura más lentos se harán, pero mejor textura tendremos
- mientras, habremos calentado al sol, o en una cazuela, suficiente agua entre 30-45ºC. A 45ºC, que es la máxima temperatura que toleran las bacterias, pueden estar listos en unas 3 horas. Cuanto más baja sea la temperatura más lentos se harán, pero mejor textura tendremos
- en una cazuela del tamaño adecuado colocamos los tarritos de yogur y la llenamos con el agua templada, como cuando se hace un baño maría. Yo la llené de agua hasta cubrir los vasitos hasta la misma altura que el yogur
- tapamos la cazuela y la colocamos al retestero, como solemos decir por aquí, o lo que es lo mismo, a pleno solazo
- al cabo de 4 ó 5 horas echamos un vistazo porque es posible que ya hayan gelificado los yogures. Cuando los veamos bien firmes, estarán listos. Los sacamos del baño de agua y dejamos que se enfríen un poco más a temperatura ambiente antes de meterlos al frigorífico.
Datos interesantes:
- según explica Harold McGee en "La cocina y los alimentos", es conveniente
concentrar las proteínas de la leche para obtener una textura más firme.
Esto tradicionalmente se hacía hirviendo la leche durante mucho tiempo,
pero en realidad es suficiente con cocer la leche durante 30 minutos a
85ºC, o durante 10 minutos a 90ºC. También se puede conseguir añadiendo
leche en polvo.
- existe la creencia popular de que el procesado de la leche hace que de algún modo el calcio que ésta contenía cuando estaba cruda, desaparezca en el proceso de pasteurizado y se dice que por eso hay que añadir la leche en polvo cuando se hacen quesos y yogures. Pues bien, esto no es correcto, ya que como os he dicho se añade para mejorar la textura del yogur. La materia ni se crea ni se destruye, sino que, en todo caso, se transforma, así que el calcio es imposible que desaparezca por las buenas (esto es lo que en química se conoce como Principio de conservación de la masa o ley de Lavoisier). Y para que comprobéis esto y muchas otras falacias que se dicen acerca de la leche, os recomiendo que os leáis el artículo ¿Es la leche cruda más beneficiosa que la pasteurizada?, del blog Gominolas de petróleo, en el que además tenéis enlaces a un montón de bibliografía seria acerca del tema. En el apartado dedicado a los nutrientes vereis una tabla comparativa en la que se ve que la cantidad de calcio es exactamente la misma en la leche cruda que en la pasteurizada.
- el yogur que usaremos para este proceso tendrá al menos 15 días de plazo hasta su fecha de caducidad, ya que de ese modo nos aseguramos que tenemos suficientes bacterias
- existe la creencia popular de que el procesado de la leche hace que de algún modo el calcio que ésta contenía cuando estaba cruda, desaparezca en el proceso de pasteurizado y se dice que por eso hay que añadir la leche en polvo cuando se hacen quesos y yogures. Pues bien, esto no es correcto, ya que como os he dicho se añade para mejorar la textura del yogur. La materia ni se crea ni se destruye, sino que, en todo caso, se transforma, así que el calcio es imposible que desaparezca por las buenas (esto es lo que en química se conoce como Principio de conservación de la masa o ley de Lavoisier). Y para que comprobéis esto y muchas otras falacias que se dicen acerca de la leche, os recomiendo que os leáis el artículo ¿Es la leche cruda más beneficiosa que la pasteurizada?, del blog Gominolas de petróleo, en el que además tenéis enlaces a un montón de bibliografía seria acerca del tema. En el apartado dedicado a los nutrientes vereis una tabla comparativa en la que se ve que la cantidad de calcio es exactamente la misma en la leche cruda que en la pasteurizada.
- el yogur que usaremos para este proceso tendrá al menos 15 días de plazo hasta su fecha de caducidad, ya que de ese modo nos aseguramos que tenemos suficientes bacterias
- a la hora de comerlos están deliciosos solos, aunque si sois muy golosos podéis endulzarlos un poco, sin pasaros, con azúcar, miel, sirope de agave... En casa nos gusta añadirle mermelada casera, semillas, copos de avena, moras, frutos secos...
- si queréis también podéis hacer yogures con leche semi o desnatada, aunque yo no los he hecho, e incluso con leche de oveja o cabra.
- también podéis emplear una yogurtera, sólo tenéis que colocarlos en ella después de mezclar la leche con el yogur y esperar el tiempo que os indiquen las instrucciones
- si queréis también podéis hacer yogures con leche semi o desnatada, aunque yo no los he hecho, e incluso con leche de oveja o cabra.
- también podéis emplear una yogurtera, sólo tenéis que colocarlos en ella después de mezclar la leche con el yogur y esperar el tiempo que os indiquen las instrucciones