viernes, 14 de noviembre de 2014

Tartaletas de membrillo

Desde que terminó el verano, el de verdad, o mejor dicho, desde que comenzó el curso escolar, no habíamos vuelto a tener ninguna visita familiar, pero el pasado domingo vinieron a pasar el día con nosotros una de mis hermanas con su marido y sus niñas, y la verdad es que se agradecen las visitas.

membrillos

Nosotros estamos siempre tan liados, entre la huerta y el trabajo, que no salimos a ningún sitio, al menos a ningún sitio llamado ciudad, ya que bodas, bautizos, comuniones y demás eventos siempre son en fin de semana. 

rosa, espadaña, níscalos, gallaritas

Por supuesto que la comida familiar fue en casa, y claro, todo, o casi todo, a base de productos de nuestra huerta, o de nuestro monte, como los níscalos que nos zampamos.

Puse un plato único, junto con una buena ensalada. En casa la ensalada no nos falta prácticamente ningún día, pero el domingo era obligatorio hacerla, ya que uno de nuestros invitados es diabético, y por eso el rico postre que tomamos, las tartaletas que os traigo hoy, fue también con cero azúcar añadido, y ha querido la casualidad que justo hoy, Día Mundial de la Diabetes os las traiga.
 
lavando membrillos

La única fuente de hidratos de carbono refinados que lleva este  postre es la harina, pero lleva una capa tan finita de masa, que junto con los trozos de fruta que tiene por encima y la fibra que éstos aportan, seguro que es tolerable para aquellos que tengan problemas de azúcar en la sangre.

membrillos en escurridor

Con estas tartaletas, además, compenso un poco el considerable chute de hidratos de carbono que os dejé aquí con el flan de castañas, así que Helena, si te pasas por aquí, que sepas que aunque lo de las castañas no lo puedas catar, lo que traigo hoy seguro que te encanta.


gajos de membrillos

Y como ya habréis leído en el título, y estáis viendo en las fotos, la fruta que llevan por encima es membrillo. Sí, habéis visto y leído bien, membrillo.

Es una fruta que nunca comemos en crudo y que parece que está condenada a servir sólo para elaborar el típico dulce de membrillo, pero no tiene porqué ser así.

tartaletas de membrillos

El año pasado fue un mal año de membrillos, en cambio, este año ha habido para dar y tomar. De hecho había tantos, que algunos no han podido engordar y se han quedado chiquitines. Pequeños y muy bonitos, ¡parecían de juguete!. Y precisamente con esos membrillos es con los que yo he jugado a las cocinitas y con los que he hecho estas increíbles tartaletas que tomamos de postre el domingo, acompañándolas, que todo hay que decirlo, con un chupito del estupendo licor de nueces verdes que este verano os expliqué cómo hacer por facebook, y que si Dios quiere la próxima primavera publicaré, para que si os gusta lo podáis hacer.

tartaletas de membrillos y té
tartaletas de membrillos
tartaletas de membrillos

Y volviendo a las tartaletas, son tan versátiles que si no disponéis de membrillos también podéis prepararlas con otro tipo de fruta, como peras, o manzanas.

Son pura delicatessen. La masa es crujiente y muy ligera, no empalaga, y sin llevar ni un solo grano de azúcar ni ningún otro tipo de edulcorante, tiene el dulzor exacto. El acidillo del membrillo, junto con la masa forman una combinación de sabores perfecta y armoniosa.

tartaletas de membrillos

Es una manera distinta de tomar fruta, y sobre todo, de tomar un tipo de fruta que normalmente tomamos con gran cantidad de azúcar, y que en este caso el azúcar "ni lo huele".

tartaletas de membrillos

Os aseguro que es un postre con el  que sorprenderéis a vuestros invitados, igual que hice yo, porque no sospechaban que la deliciosa fruta que estaban comiendo fuera membrillo. Es uno de esos postres que debemos anotar en nuestra lista de "comidas para invitados", porque vais a quedar mejor que cualquier masterchef ;)

Yo, por mi parte, terminé merendando las pequeñas tartitas que sobraron, pero esta vez acompañándolas con una rica infusión, que por supuesto, tampoco llevaba azúcar.

Ingredientes:

1 kg de membrillos
350 g harina todo uso
100 g mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
agua fría (de 4 a 8 cucharadas)
un pellizco de sal

para los membrillos:
- primero los lavamos, y después, como son muy duros, para que las rodajas sean fáciles de cortar sin que se nos rompan lo primero que haremos será partirlos a la mitad y cocerlos en agua hirviendo durante 5 ó 10 minutos (según su tamaño), hasta que estén blandos, pero sin llegar a estar cocidos del todo
- los dejamos escurrir y enfriar, y a continuación partimos cada mitad en dos, con los que tendremos los membrillos partidos en cuartos. Cogemos estos trozos y les quitamos la parte de las semillas, incluida una zona que rodea a las semillas y que tiene como unos granitos que son duros
- cortamos después esos cuartos en láminas lo más finas que podamos y los reservamos. Al estar cocidos ya no se nos van a poner feos por la oxidación
para la masa:
- mezclamos el huevo y la harina con la mitad de la mantequilla y la sal y mezclamos. Añadimos poco a poco el agua hasta conseguir que la masa quede manejable y no nos cueste amasarla, pero sin que quede demasiado blanda, no se tiene que pegar, sino que tiene que estar más bien tirando a durilla. El número de cucharadas de agua variará en función de la fuerza de la harina y de su grado de humedad.
- estiramos la masa con el rodillo, la tapamos con film o con papel de hornear y la dejamos en el frigorífico durante media hora
- pasado ese tiempo colocamos la masa en la encimera y sobre esta la mantequilla restante. Vamos a plegar varias veces la masa para hacer que sea un poco hojaldrada, pero sin tanto cuidado como cuando hacemos el hojaldre de verdad. Va a ser un hojaldre chapucero y rápido, pero igualmente exquisito. Plegamos la masa sobre la mantequilla y con el rodillo presionamos y estiramos. Aunque se salga un poco la mantequilla no importa, volvemos a plegar la masa en tres, igual que para el hojaldre la giramos 90º y volvemos a estirarla. Repetimos esto tantas veces como sea necesario para que al final la mantequilla quede integrada en la masa. Si a mitad de camino vemos que se vuelve difícil trabajar con ella porque la mantequilla está demasiado blanda, la metemos 5 ó 10 minutos en el congelador y después seguimos.
- cuando la masa esté lista la estiramos sobre la encimera hasta que quede de unos 3 mm de espesor. Podemos cortar la masa en porciones más pequeñas para que nos resulte más fácil. Una vez que tenemos la masa estirada, la colocamos sobre el papel de hornear y con un aro de 10 cm de diámetro recortamos las tartaletas.
- colocamos las rodajas de membrillo sobre la masa y las introducimos en el horno, precalentado a 200ºC durante unos 20 minutos. Finalmente las dejamos enfriar sobre una rejilla


Sugerencias y datos:

- también podéis usar hojaldre comprado, pero aseguraos de que está hecho con buenos ingredientes, como por ejemplo con mantequilla, y no con grasas vegetales, en el Lidl tienen, pero ojo, que también tienen del malo.
- si vuestros membrillos fueran muy grandes y al colocar las rodajas sobre las tartaletas se salieran de estas, también podéis cortarlas con forma rectangular y colocar las rodajas en fila una detrás de otra
- no hace falta pelar los membrillos, ya que tienen una piel tan fina que ni se nota, y que le va a aportar al nuestro postre fibra
- conviene cortar las tartaletas sobre el papel de hornear, porque si las cortamos sobre la encimera y después las colocamos en el papel, por el camino van a perder la forma redonda tan perfecta y van a quedar más feas
- si no lo podéis resistir, porque sois demasiado golosos, podéis también añadir por encima del membrillo un poco de azúcar, pero yo que soy muy muy golosa os aseguro que no es necesario
- por cierto, por si no lo sabíais, el membrillo estriñe
- podéis sustituir los membrillos por manzanas reinetas
- si estáis interesados, en el blog Diabetes en la red, Ana comparte muchísima información sobre la diabetes
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