lunes, 21 de julio de 2014

Bizcocho de pistachos y cardamomo con sirope de lima

Anoche, aprovechando que teníamos a mi madre cerca para que se quedara con los niños,  Óscar y yo salimos a dar un paseo por el pueblo. La verdad es que por la tarde el tiempo no estuvo muy agradable que digamos, y en cuanto el sol se tapaba por alguna nube hacía más bien fresco. En cambio hizo muy buena noche. Fresca sí, pero no corría aire, con lo cual el paseo resultó muy agradable, y más aún porque el cielo estaba totalmente despejado, y daba gusto ver las estrellas y la Vía Láctea. Tienen algo que atrae, ¿no os parece?


Mientras dábamos el paseo y nos trincábamos una bolsa de pipas, me iba acordando de que la primera vez que escuché la palabra cardamomo fue hace muchos años, viendo la serie Doctor en Alaska, ¿os acordáis? Yo estaba superenganchada a ella. Recuerdo que todos los viernes ponían un capítulo, y yo lo grababa, y si algún día no estaba en casa, porque salía con mis amigas, entonces programaba el vídeo para grabarlo.

Si alguna vez se me olvidaba programarlo, entonces rápidamente buscaba una cabina, entonces nadie tenía móvil, y llamaba a mi madre dándole instrucciones para que me lo grabara. ¡Qué tiempos!, y en realidad tampoco es que haga tantísimo tiempo.


Aún recuerdo vagamente el capítulo en cuestión, y seguro que si lo busco aún lo tengo grabado. El doctor, Joel, se pierde, y de repente aparece en la cabaña de Adam, un superchef muy raro y estrafalario, que siempre va descalzo por ahí (uno de esos personajes guays que aparecían en la serie). Al entrar en la cabaña lo que para Joel parecía que iba a ser algo horrible, se convierte en algo sorprendente, agradable e inesperado, ya que empieza a percibir los aromas de la cocina de Adam, y ahí, precisamente, es donde menciona el cardamomo.

mosaico de pistachos y semillas de cardamomo cerradas y abiertas

Hasta entonces yo no sabía ni lo que era, y jamás había escuchado semejante "palabro". Pocos años después, uno de mis hermanos me trajo de EEUU un bote de cardamomo molido, que por ahí sigue rondando en mi cocina, y que no lo tiro, más por puro recuerdo, que por lo que contiene, porque comparado con el olor de unos clavos recién molidos, ese polvillo añejo ya no huele a "na".


Lo cierto es que en cuanto probé la primera vez el cardamomo me encantó, tanto como me gustaba la serie en cuestión, que es de esas que te dejan huella, al menos a mi. Mis hermanos y yo disfrutábamos muchas veces viendo los capítulos ya grabados, amontonados en el sofá , bueno sofás, del salón. Aunque lo de amontonados es literal, porque somos 6, con lo cual os podéis hacer idea. Eso si, siempre había alguno que al final se tiraba directamente en la alfombra para estar más ancho.

La verdad es que a veces añoro esa época, con todos los hermanos en casa junto a mis padres. Ahora esos momentos se repiten con menos frecuencia, ya que cada uno vivimos en un sitio, aunque en realidad cuando logramos estar todos juntos es cómo si retrocediéramos en el tiempo hasta aquellos años, diciendo las mismas bobadas y riéndonos por las mismas tonterías. Y es que aunque hayan pasado los años, seguimos siendo los mismos "chiguitos" que entonces.

Creo que tengo mucha suerte, primero por tener tantos hermanos, y segundo porque todos nos llevamos bien. En ese sentido estoy convencida de que soy muy afortunada.


Pero en fin, volviendo a la receta, en cuanto la vi en el facebook de Jamie Oliver sabía que me encantaría, porque la combinación de pistachos, lima y cardamomo es muy refrescante y el resultado de esa mezcla de sabores es espectacular. Desde luego que cuando hice este bizcocho cumplió con creces todas mis expectativas, tiene un sabor ligeramente acidillo por el sirope de lima, y el regustillo final que deja en el paladar el cardamomo es ¡uhmmm!, ¡pura maravilla!. En realidad la receta no es de Jamie, es de CupcakeJemma, pero me da igual de quién sea, lo que sí que sé es que está muy, muy rico. Y aquí os dejo, sin más, esta receta tan refrescante, para estos días de no verano que estamos teniendo este año por estos lares, aunque si vuestro verano es de los de verdad, con calor, seguro que os resultará aún más agradable.


Ingredientes:

bizcocho
185 g harina (yo usé integral)
150 g mantequilla a punto pomada
3 huevos a temperatura ambiente
125 g de yogur natural (1 yogur)
150 g azúcar (la receta original añadía 185, pero os aseguro que no necesita tanto)
1 (tsp) cucharadita de levadura química
150 g de pistachos troceados
1/2 cucharadita de cardamomo en polvo

sirope
125 g azúcar
zumo de 2 limas
ralladura de una lima
75 ml de agua
80 g de pistachos troceados

- tamizamos la harina y la mezclamos con la ayuda de una batidora con los pistachos, la levadura, la mantequilla, el azúcar, el cardamomo y los huevos
- cuando la mezcla anterior esté homogénea añadimos el yogur y lo batimos todo de nuevo hasta que se haya incorporado totalmente
- colocamos la masa en un molde engrasado y horneamos. En el horno precalentado a 170ºC mi bizcocho tardó en cocerse media hora en un molde redondo desmoltable, pero CupcakeJemma, que usó un molde rectangular lo tuvo en el horno 1 hora. Así que lo mejor es que controléis vuestro bizcocho y vuestro horno, y cuando penséis que ya puede estar pincháis, como siempre, con una aguja, y si sale limpia es que efectivamente el bizcocho ya está.
- dejamos que se enfríe sobre una rejilla y preparamos el sirope, para ello rallamos la piel de una de las limas, que antes habremos lavado, y la reservamos. En un cazo ponemos el zumo de las dos limas, con el agua y el azúcar y lo calentamos a fuego moderado hasta que hierva durante unos 4 minutos, removiendo de vez en cuando. Es un sirope, así que no tiene que espesar como si fuera caramelo. Pasado ese tiempo añadimos la ralladura de la lima y lo dejamos hirviendo otro par de minutos más.
- retiramos el sirope del fuego y mientras se enfría un poco troceamos los pistachos ayudándonos de un cuchillo
- desmoldamos el bizcocho, que aún estará algo templado, y con una aguja o una brocheta lo pinchamos todo él por encima, y así al añadir a continuación el sirope sobre el bizcocho, lo absorberá por donde lo hemos pinchado. Por último, y mientras aún está pegajoso le añadimos por encima los pistachos

¿Qué os ha parecido? ¿Verdad qué no puede ser más fácil?, y para despedirme hasta la próxima os dejo con un pequeño vídeo de Doctor en Alaska, no es la escena de la que os hablaba al principio, ya que no la he encontrado, pero es una parodia de un videoclip de Robert Palmer que a mi me encanta, y que espero que a vosotros también os guste ;) ¡Feliz semana!


Sugerencias:

- para moler el cardamomo abrís la vaina, colocáis las semillas entre dos pedazos de papel de hornear y pasáis por encima el rodillo varias veces
- la blonda sobre la que he colocado el bizcocho está hecha recortando un círculo de papel de hornear, que después he doblado varias veces y con la tijera le he hecho unas ondas. Así siempre tenemos blondas a mano de cualquier medida.
- a pesar de haber echado menos azúcar que la receta original, y de que he empleado harina integral, este bizcocho lleva mucho azúcar, sobre todo por el sirope, por lo que os recomiendo tomarlo con mesura, para no abusar demasiado.
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