lunes, 2 de diciembre de 2013

Bolso de punto y cuero

Este año, por fin, he hecho algo que llevaba bastante tiempo pensando en hacer, pero que hasta ahora no se me había logrado: un bolso de punto. En realidad hece mucho tiempo que no me compro ningún bolso, porque me los suelo hacer yo, de tela, a ganchillo, reciclados, o de cuero, pero de punto, tejidos con dos agujas, aún no me había hecho ninguno. Al menos para mi. Una vez hice uno para una amiga y se lo regalé en su cumpleaños, y en cambio ahí estaba yo sin mi bolso de punto. ¡Pues por fin lo he solucionado!


Lo primero que hice fue pensar en el diseño. Me gustan los bolsos rectangulares, pero que tengan el lado más ancho en sentido horizontal, porque cuando son muy hondos se acumulan las cosas en el fondo y luego no hay quien las encuentre. Así que después de mucho mirar y remirar modelos al fin decidí cómo lo haría. Fue entonces, cuando pensé en combinar lana y cuero.

El siguiente paso fue bastante difícil: escoger las lanas. Tengo muchas madejas en casa, porque comprar lana es uno de mis vicios. Compro lana pensando en hacer tal o cual cosa, y muchas veces cuando la voy a usar he cambiado de idea y hago otra cosa diferente. Total, que después de combinar distintas lanas y distintas texturas, y de hacer muestras de punto para ver cómo quedaba el tejido, por fin me decidí por una combinación muy otoñal.

Así que con el diseño en mi cabeza y con las lanas ya escogidas me puse manos a la obra y tejí un rectángulo a punto de arroz y una vez hecho lo doblé por la mitad y cosí los laterales.

lanas, cuero, tela

Después prepararé un forro para el bolso. Busqué entre mis telas un trocito de lienzo moreno, le puse un par de bolsillos, uno para las llaves y otro para el móvil, cosí los laterales y lo hilvané a la pieza de lana.

Una vez hecho esto tocaba hacer las asas de cuero. Dibujé en un cartón el patrón, corté el cuero y me dispuse a coserlo, aunque antes fui al zapatero a colocar los broches para el cierre. Los coloqué de tal modo que quedaran en el interior y no se vieran por fuera, y por fin, a coser. Lo más difícil, costoso fue unir las piezas de cuero con la lana dentro de ellas, más que nada por lo gordo que era, pero con mi tabla de guarnicionero, que es como una especie de pinza con la que se agarra lo que se está cosiendo, me fue bastante más fácil.

Cuando por fin tuve las asas cosidas, y el bolso estaba ya hecho, de remate, le puse como adorno unas bolas hechas a ganchillo. Son bolas de porexpan que  se recubren de lana tejiendo a punto bajo, tal y como os enseñe cuando hice el año pasado las bolas de Navidad.


Bolso de punto y cuero

Y la verdad es que estoy encantada con mi superbolso, que casi no he dejado de usarlo desde que lo estrené, y si os digo la verdad ya se me amontonan ideas en la cabeza para hacerme el siguiente, ¿qué os ha parecido? ¿os animáis vosotras a hacer vuestros bolsos?


Bolso de punto y cuero
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