Esta semana no os traigo receta, ando como muchos de vosotros en verano, medio liados, medio perdidos... pero no quería quedarme sin compartir una experiencia muy especial.
Hace dos años por estas fechas estuve en un pueblo palentino llamado Arenillas de San Pelayo impartiendo un taller de restauración de muebles, dentro de las actividades que organizaron Escuelas Campesinas de Palencia en la IV Universidad Rural de Verano. El año pasado tuve la suerte de que volvieran a contar conmigo para impartir un taller de cremas y jabones naturales, y parece que no hay dos sin tres porque este año he vuelto a tener la suerte de que confiaran de nuevo en mi, encargándome el taller de Cereales, el cual incluye también enseñar a hacer pan.
Al principio no sabía muy bien cómo conseguiría organizarme para enseñar a 15 personas a hacer pan, y a la vez explicarles contenidos teóricos acerca de los cereales y del proceso de panificación. Además, se sumaba el hecho de que me tocaría cocer los panes en un horno que nunca antes había usado, y si con el horno de casa nunca sabes con qué sorpresa te puedes encontrar, con un horno como este, de adobe, mayor incógnita.
Aún no he terminado el taller, acabaremos el viernes, pero por el momento la experiencia no podía haber sido mejor. La verdad es que muchas veces es mejor no planificar las cosas en exceso, sobre todo cuando hay factores que no se pueden controlar porque no dependen de uno mismo. Sobre la marcha es como mejor se toman las decisiones en función de lo que nos vamos encontrando. Y así, la jornada de ayer, fue simplemente perfecta, al menos para mi.
Pensé que para el primer día lo mejor sería hacer un pan de centeno e hicimos una receta sencilla de pan 100 % de centeno, con masa madre y un poco de levadura. Un pan que fermentó muy bien y que conseguimos meter al horno justo en el momento en que éste estaba a la temperatura adecuada. Tuve muy buena ayuda a la hora de encender y controlar el horno, y la verdad es que con mis ayudantes fogoneros conseguimos que el horno se comportara mejor que bien. El resultado podéis verlo en las fotos que pude sacar y que debido a las prisas y a la emoción del momento no son todo lo buenas que me hubiera gustado, ¡pero que importa eso cuando el pan había salido tan bien!
Estoy emocionada con este horno, ¡es una pasada!, ¡cómo funciona!. La verdad es que el resultado es espectacular, nada que ver con el horno de casa, al menos con el mío, que es bastante normalillo.
Este es un horno es bastante nuevecito, casi se puede decir que lo hemos estrenado nosotros, porque sólo se habia encendido antes una vez, un poco de prueba, para ver qué tal tiraba. Fue construido hace dos años, en otro curso que organizó también Escuelas Campesinas de "Técnicas y Materiales Tradicionales en la Construcción". En este curso, que me hubiera gustado hacer como alumna pero no pude, se enseñaron técnicas de construcción tradicionales con barro madera y cal, aprendieron a hacer adobes, a construir con ellos y a rebocar muros con barro.
Como veis son talleres todos ellos relacionados con los saberes populares, que de esta manera se intentan recuperar y que no caigan en el olvido. A mi me parece una iniciativa estupenda, porque este tipo de cosas siempre me han interesado y me siguen interesando. De hecho ahora mismo estoy en proceso de aprender otro de esos saberes de antaño, pero de momento no os voy a desvelar nada más...
Y a vosotros, ¿os interesan este tipo de talleres? ¿habeís recuperado del olvido alguna de estas sabidurías populares?
