lunes, 20 de febrero de 2012

Orejuelas

Si tuviera que decir una palabra que para mi definiera el carnaval, sin duda diría "orejuelas". Si, ya sé que puede parecer raro y que todo el mundo asocia el carnaval a los disfraces, pero yo no. Para mi el carnaval son las orejuelas, las que hacía mi madre cuando yo era pequeña y las que ahora continuo haciendo yo cada año.

Orejuelas

Y es que lo que vives de pequeño es lo que te marca cuando eres mayor. Cada año yo sabía que era carnaval porque mi madre hacía orejuelas. Entonces no se disfrazaba nadie, o casi nadie, ni daban vacaciones en los colegios. La primera vez que tuve vacaciones de carnaval estaba en 2º de carrera, y entonces todos nos alegramos de los dos días que nos dieron sin clase, pero no porque fuéramos a disfrazarnos, sino porque así podíamos estudiar los exámenes del segundo parcial, que nos coincidieron, como casi siempre, con las prácticas de laboratorio.Y con clases por la mañana y laboratorio por las tardes, ¡a ver quién es el guapo que se pone a estudiar para un examen!

Uno de los mejores recuerdos que tengo es el de mis hermanos y yo correteando por el patio de casa, y metiendo de vez en cuando "la mano pecadora" por la ventana de la cocina, que estaba entreabierta, para coger una orejuela. Mi madre las había colocado en la poyata de la ventana, y así podíamos cogerlas sin estar todo el rato entrando y saliendo de casa. ¡Con cuatro que éramos la hubiéramos vuelto loca, todo el rato entrando y saliendo!

Las orejuelas son un dulce típico palentino. Mi madre, nacida en Villamediana pero criada entre Cervera de Pisuerga y Barruelo de Santullán, las hacía siempre el sábado anterior al carnaval, con la ayuda de mi padre. Después a mi padre le relevamos una de mis hermanas y yo. Todavía recuerdo esos sábados, haciendo las orejuelas entre las tres, y escuchando "Radio 80 Serie Oro", ¿os acordáis de esa emisora?. A veces nos daban más de las 2 de la mañana pero no nos importaba lo más mínimo.

Estas orejuelas que yo hago son las mismas que hacía mi madre, que aprendió a hacerlas de la suya, y son también las que hacía mi bisabuela, pues mi abuela aprendió a hacerlas también de su madre. Distintas personas, pero el sabor de las orejuelas no cambia, porque la receta no ha variado. Estas orejuelas tienen abolengo, y no es por nada, pero están exquisitas. No es porque las haga yo, pero os aseguro que a mi son las que más me gustan de todas las que he probado. Y si os decidís a hacerlas veréis que tengo razón. ¡Ya me contaréis!

Orejuelas

Ingredientes:

6 huevos
1 vaso de orujo blanco (250 ml)
2 tablespoon (cucharadas = 15 ml) de azúcar
2 sobres de levadura química (Royal)
1 teaspoon (cucharadita = 5ml) de canela
aproximadamente un kilo de harina de repostería
aceite de oliva virgen extra
azúcar para espolvorear
un trozo de cáscara de limón limpia

Mezclo y bato los huevos con el azúcar. Sobre esto añado el orujo y seguidamente añado la harina mezclada con la canela y con la levadura, previamente tamizadas. Amaso todo bien hasta que me quede una masa fina. Tapo esa masa y la dejo reposar durante una media hora como mínimo.

Una vez pasado el tiempo de reposo cojo una pequeña porción de masa y la estiro con el rodillo. Se trata de hacer rectángulos, o "lo que salga", muy finos, de unos 1 mm de espesor. Para ello estiramos la masa y la recortamos, esos recortes volvemos a estirarlos y volvemos a recortar, y así hasta que la masa tiene el espesor deseado. Para que la masa no se pegue espolvorearemos un poco de harina sobre la mesa de trabajo y sobre el rodillo, y repetiremos esta operación las veces que sea necesario.

Vamos colocando las orejuelas sobre una mesa, y cuando ya hemos estirado toda la masa calentamos abundante aceite en una sartén para freírlas. Sobre este aceite añadimos la cáscara de limón para aromatizarlo, y cuando esté caliente freímos las orejuelas. Cuando estén fritas se sacan de la sartén, se las deja escurrir el exceso de aceite que pudieran tener, se espolvorean con azúcar y ¡a comer!.

Orejuelas

Sugerencias:

- para freír usad SÓLO aceite de oliva y mejor aún si es virgen extra. Es el único aceite apto para freír, porque es el único que soporta las elevadas temperaturas de este proceso. El resto de aceites se descomponen originando productos cancerígenos. No uséis aceite de girasol, aunque su uso para freír está muy extendido no es nada saludable.

Hay personas que dicen que el aceite de oliva les resulta muy fuerte. Si probaran un aceite de girasol "virgen extra" también les resultaría fuerte. No os dejéis engañar. El problema es que lo que habitualmente consumimos no es un producto puro, sino manipulado y extraído a base de disolventes químicos. Eso hace que nuestro paladar se haya acostumbrado a los sabores de productos sin calidad, mientras que los productos de calidad les resulta desagradables. Pues debemos re-educar al paladar, para que lo bueno nos guste más que lo malo y ganar en salud.

Además comercializan ahora un aceite de girasol "apto para freír", porque lleva no sé qué aditivo. De esto yo  extraigo dos conclusiones: 1ª, que si con ese aditivo el aceite es apto para freír, antes han estado vendiendo un aceite que no era apto y no han advertido de  ello; y 2º, que si han añadido un aditivo, eso es algo artificial, manipulado, de laboratorio, y yo no quiero comer productos de laboratorio, sino comida natural y de verdad, y quiero ser yo, en la medida de lo posible, la única que la manipule.

- TRUCO: para sacar las orejuelas de la sartén yo lo hago con una aguja de hacer punto. Pincho con ella una orejuela, y la sostengo sobre la sartén escurriendo el aceite. Cuando ya no gotea la coloco en una fuente y la espolvoreo de azúcar.

- usad harina floja (de repostería), pues con harina fuerte la masa coje cuerpo, y al estirar las orejuelas se encojen, por lo que hay que volver a estirarlas, y da más trabajo.

- aunque están buenísimas hay que contenerse un poco a la hora de comerlas, pues como todos los fritos, tienen muuuchas calorías
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...