domingo, 7 de agosto de 2011

SALMOREJO CORDOBÉS

No sé cómo ha podido ser, que siendo mi padre cordobés hasta la médula, no probara yo este manjar hasta que no tuve casi 30 años. Y es que mi padre se centró tanto en el gazpacho, que en casa nos hacía los mejores gazpachos del mundo, pero el salmorejo se le borró del entendimiento.

Y quiso el azar, la fortuna, o cómo se quiera llamar, que uno de mis hermanos, en su banquete de boda, escogiera salmorejo como primer plato. Esto ocurrió en Patones de Arriba (Madrid), en un restaurante del que ahora mismo no recuerdo el nombre. Lo que sí recuerdo es que cenamos en el exterior, en un ambiente muy acojedor, con una luz suave, observando cómo anochecía, y muy en familia, porque entre familiares y amigos no éramos más de 60 personas. 

Para mi se abrió en ese momento una nueva sensación, que me viene de nuevo a la memoria cada vez que vuelvo a probarlo. Suave al paladar, gustoso, con la textura del huevo picado mezclándose en la boca y deshaciéndose con la cremosidad del salmorejo. ¡Hay que probarlo para saber exactamente de lo que estoy hablando!. Así que, aquí os dejo la receta para que os animéis a hacerlo si todavía no habéis tenido la suerte de degustarlo, y ya me diréis lo que os ha parecido.

Ingredientes:

2 kg de tomates maduros
125 ml de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo no muy grande
5 g de sal (1teaspoon)
media barra de pan aproximadamente (mejor duro)
huevo cocido o jamón cortado en juliana

Preparación:

Se pelan los tomates y se pone mientras tanto el pan a remojar. En una batidora de vaso, o en una batidora normal se echan los tomates pelados y troceados, el ajo, el aceite, el pan escurrido y la sal. Se bate todo hasta conseguir una textura cremosa, suave y muy homogénea. Cuanto más se bata más cremoso quedará.

¡Y ya está!. Ahora sólo falta degustarlo, añadiendo en el plato además del salmorejo unos tropezones de jamón, o un huevo duro rallado. Yo personalmente prefiero la segunda opción.

Salmorejo cordobés
 
Sugerencias:

- Los tomates conviene que estén fríos de frigorífico para poder tomarlo cuanto antes, porque este plato debe tomarse frío, que es como está más rico.

- El ajo mejor que no sea demasiado grande por si luego repite, en cuyo caso también es de ayuda quitarle la parte central.

- Si se echa pan candeal (bregado) la textura gana en cremosidad frente a un pan normal

- No añadir vinagre, primero porque el verdadero salmorejo no lo lleva, y segundo, porque la acidez necesaria ya la aportan los propios tomates.

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